Diseñar estrategias de inclusión y equidad se convirtió en un desafío urgente para las empresas de Perú, donde el embate de la pandemia azotó sin piedad los avances de décadas en materia social y económica y puso en jaque el afán de forjar un país más igualitario en el año del Bicentenario de su independencia.
En Perú, la crisis desatada por la covid-19 arrojó a 3,2 millones de ciudadanos a la pobreza, lanzó a 2,2 millones más al desempleo y disparó en un 130 % las denuncias de violencia contra la mujer.
El impacto fue atroz para muchos, pero los efectos se acentuaron de manera desproporcionada en los sectores más vulnerables, como las mujeres, cuya empleabilidad se desplomó el año pasado un 17,1 %, siete puntos más que los hombres (9,8 %).
Ante este escenario, la responsabilidad social de las empresas que operan en Perú juega ahora un rol fundamental en el esfuerzo por encauzar al país en la senda de la igualdad, lo que pasa ineludiblemente por asumir la inclusión y la equidad como banderas.
Así lo sostuvo en una entrevista con Efe Violeta Orozco, la gerente general de Konecta Perú, una compañía de servicios empresariales referente en igualdad en América Latina y pionera nacional en la inserción de mujeres víctimas de violación y trata.
Solo en el último año, Konecta acompañó con asesoramiento legal y apoyo psicológico a 500 colaboradoras que fueron víctimas de violencia de género, explicó la responsable de la empresa, cuyo personal integran más de 13.000 personas, la mayoría mujeres (60 %), muchas de las cuales pertenecen a los sectores más pobres del país.
Este programa de combate a la violencia de género es una de las múltiples iniciativas de Konecta con miras a crear un entorno laboral seguro y saludable, poner el foco en el bienestar de la comunidad, brindar oportunidades reales a los más desfavorecidos y darles herramientas para ser agentes de cambio en la sociedad.
ELLAS Y ELLOS
Con orgullo, Orozco menciona un programa de empoderamiento femenino que, en el seno de la compañía, ya ha formado a 150 mujeres «talentosas», que podrían ser «futuras líderes de la organización».
«Nuestro compromiso es que en todos los niveles (de la empresa) haya mujeres y en ese programa se les da herramientas tanto a nivel personal como laboral para que sean agentes del cambio», destacó.
Pero, consciente del rol que también tienen los hombres en el camino por la equidad, la compañía creó otro espacio destinado exclusivamente a la reflexión entre hombres sobre temas de género, masculinidad, violencia, micromachismos y sesgos inconscientes.
DIVERSIDAD Y BIENESTAR
Más allá de los números paritarios y el combate contra la violencia de género, otro aspecto clave de Konecta es la diversidad, que logra mediante acciones de inserción laboral que brindan oportunidades de desarrollo a personas con discapacidad, de muy bajos recursos, inmigrantes y LGTBI+.
En esa lucha por la promoción de igualdad de oportunidades, la compañía ofrece beneficios como la ampliación del plan de licencia de paternidad y maternidad, seguro para parejas LGTBI+ y licencias por matrimonio y/o adopción.
Para Konecta, la apuesta por la diversidad y el bienestar de los trabajadores ha conducido a un camino de éxito profesional, tal y como muestran indicadores como la rotación de los colaboradores, que se desplomó del 11 % al 7,7 % entre los años 2013 y 2019.
ÉXITO Y COMPROMISO
«Ahora estamos muy cerca de tener el 25 % del mercado, estamos en primer lugar, lo que demuestra que realmente si trabajas con la gente, si haces las cosas bien, tu organización puede seguir creciendo y puede seguir generando trabajo», vaticinó Orozco.
La responsable de Konecta advirtió que alcanzar estas metas «no es sumamente fácil», pues sí o sí pasa por contar con un compromiso «constante y permanente» que debe empezar desde la alta dirección.
Sin embargo, Orozco consideró que, a estas alturas, es ya una «obligación» de los CEO dar el salto «de la declaración a la acción» y, sin dejar de orientarse en «el cumplimiento de los resultados económicos» de las compañías, impulsar «políticas de prevención de violencia, equidad y diversidad».
Insistió en que estas deben «transcender en la vida de los colaboradores» porque así «lo reclama la situación» del Perú del Bicentenario. EFE