La dirección del partido convocó una consulta entre sus militantes, con una pregunta que invitaba a votar en la línea oficial: «¿Está de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?». Un 94,6 % de los votos respaldaron esa política.
La negativa de ERC puede complicar el proceso de investidura de Sánchez, jefe del Gobierno español en funciones y líder socialista, después de que las elecciones generales del 10 de noviembre dejaron un Congreso profundamente dividido y con más dificultad aún que antes para conformar una mayoría de gobierno.
Después de esos comicios, los socialistas de Sánchez cerraron un rápido pacto con la formación izquierdista Unidas Podemos para un gobierno de coalición, pero entre ambos solo tienen 155 de los 350 diputados del Congreso, por lo que necesitan apoyos de otros grupos políticos.
Ante el firme rechazo de los tres partidos de derecha y extrema derecha (Ciudadanos, Partido Popular y Vox), la posición de ERC (14 diputados y quinta mayor fuerza en el Congreso) es clave, aunque puede bastar con una abstención.
Desde la pasada semana, el Partido Socialista y ERC discuten la posibilidad de crear una mesa de partidos catalanes para estudiar la tensión independentista en la región de Cataluña (noreste), pero el primero no acepta que esa discusión exceda los límites de la Constitución mientras que el segundo insiste en ir más lejos.