Informe OIT: Desempleo en el 2018 bajó a 7.8% en América Latina y Caribe

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El desempleo en América Latina y el Caribe en el 2018 bajó a 7.8% de la población económicamente activa (PEA), con lo cual cortó una racha de crecimiento que afectó los tres últimos años, según reveló hoy el Panorama Laboral de la región elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El informe de la OIT, que cumplió 25 años de publicación ininterrumpida, señaló que la mejoría «aún es modesta» teniendo en cuenta el escenario internacional marcado por la incertidumbre y la volatilidad.

Brasil es uno de los países que impulsó el descenso del desempleo regional pues reúne al 40% de la PEA en Latinoamérica y el Caribe, y en esta nación hubo una reducción de 0.6 puntos porcentuales en esa tasa.

En general, la tasa de desempleo aumentó en 10 países y se redujo en siete, según los datos reunidos en el informe hasta el tercer trimestre del 2018.

Sin embargo, esta reducción del desempleo, desde 8.1% en el 2017, aún es elevada respecto al mínimo registrado el 2014 que llegó a 6.1%.

«Nunca hay que olvidar que detrás de los porcentajes hay personas, y la tasa de desempleo, aunque haya bajado en el 2018, implica que aún hay 25 millones de mujeres y hombres que buscan trabajo pero no lo consiguen», expresó el director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Carlos Rodríguez.

El crecimiento económico en Latinoamérica rondará el 1.2% al finalizar este año, pero los pronósticos del 2019, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo elevan a 2.2%, lo cual se traduciría en un millón de empleos adicionales, señaló el informe.

Entre los grupos sociales que tienen mayores dificultades para insertarse en el mercado laboral se encuentran las mujeres, que presentan una tasa de desempleo del 10% y una ocupación laboral del 50.3%, más de 20 puntos por debajo de los hombres.

El especialista regional en mercado laboral de la OIT, Hugo Ñopo, dijo que la desocupación juvenil, la población entre 14 y 25 años, ha lanzado una señal de alarma porque afecta al 19,6%, lo que representó un incremento de entre 4 y 5 puntos porcentuales en los últimos cuatro años.

La desocupación juvenil triplica a la de la población adulta y representa una amenaza para sus aspiraciones de movilidad social y desarrollo.

Uno de los principales retos en este sector de la población regional es, según indicó Ñopo, trabajar en la transición del mundo educativo al laboral, así como en la experiencia de los jóvenes en sus primeros empleos.

 

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