CHICAGO/EEUU.- Más de la mitad de los pacientes con un tipo concreto de cáncer de pulmón y metástasis iniciales en el hígado redujeron el riesgo de empeorar o de muerte en un 48% al ser tratados con una combinación de fármacos de inmunoterapia, antiangiogénico y quimioterapia.
Además, en el 60,8% de los casos se redujeron los tumores, según los datos del estudio IMPower 150 presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que este martes concluye en Chicago.
El estudio en fase III, de la compañía Roche, reclutó a más de 1,200 pacientes con cáncer avanzado de pulmón no microcítico, el tipo más frecuente, y metástasis hepáticas iniciales que no hubieran sido tratados previamente con quimioterapia.
El ensayo ha probado que incorporar el fármaco de inmunoterapia atezolizumab al antiangiogénico bevacizumab (que previene la formación de vasos sanguíneos que ayudan a crecer al tumor), junto a quimioterapia, aumenta la supervivencia global casi cuatro meses.
«Para estos pacientes, que tienen una alta carga visceral, necesitamos un esquema de tratamiento que actúe rápido y con alta capacidad destructiva sobre el tumor», explicó el doctor Delvys Rodríguez, oncólogo del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, máximo centro reclutador de pacientes en España.
Otro aspecto relevante de este ensayo clínico es haber comprobado su impacto sobre pacientes con las mutaciones genéticas EGFR y ALK.
«Hasta ahora no se le concedía valor a la inmunoterapia en pacientes con estas alteraciones. Los resultados no eran buenos utilizando la inmunoterapia en solitario, pero ahora hemos observado que en ellos esta combinación consigue reducir prácticamente un 50% el riesgo de muerte en esta población», señaló el oncólogo.
Por otra parte, en esta edición de ASCO también se ha presentado el estudio fase IIIb SAUL, que ha probado el atezolizumab en más de mil pacientes con cáncer de vejiga metastásico o avanzado en la práctica clínica real, el más amplio realizado hasta ahora.
Eso ha permitido confirmar su beneficio sobre la supervivencia en grupos especiales de pacientes (con VIH, con hepatitis B con la función renal limitada…), explicó Daniel Castellano, especialista del Servicio de Oncología del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Los resultados presentados en Chicago demuestran tanto la seguridad como la eficacia de utilizar atezolizumab, un anticuerpo que se dirige a la proteína PD-L1 que impide actuar al sistema inmunitario contra las células tumorales.
La tasa de supervivencia global pasa de los 5-6 meses que logra la quimioterapia a los 9-10 meses que aporta la inmunoterapia. Entre estos pacientes que responden a la inmunoterapia, hay un subgrupo (25-30% de casos) que consigue supervivencias muy largas.
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