La transformación digital en la industria sanitaria es imparable. Un informe de la consultora PwC vaticina que, en 2035, la atención sanitaria será hiperpersonalizada, digitalizada y alimentada por Inteligencia Artificial (IA). Empresas sanitarias como ASHO, líder en asesoramiento hospitalario, codificación sanitaria e Inteligencia Artificial, apuntan que la tecnología tendrá un papel clave en el diseño del hospital del futuro.
La telemedicina y la teleasistencia avanzarán hasta tal punto que se podría llegar a hablar de hospitales sin saturación de pacientes. “En primer lugar, la prioridad debería ser mantener a la ciudadanía sana. No obstante, la aplicación de tecnología en el sector sanitario permitirá a los pacientes recibir una atención médica eficaz, rápida y personalizada sin necesidad, en muchas ocasiones, de acudir presencialmente a un centro hospitalario”, explica Juli Climent, director de Inteligencia Artificial de la compañía, añadiendo que “será el hospital el que acuda al paciente, y no al revés”.
Para que las herramientas basadas en IA den resultados óptimos, es imprescindible trabajar con datos fiables. “Los historiales clínicos son una fuente de sabiduría capaz de entrenar sistemas de machine learning, diseñando patrones que nos permitan adelantarnos, por ejemplo, con sistemas de triaje automatizados”, indica Climent.
Tal y como admiten desde ASHO, “la correcta codificación de estos datos es el centro de la ecuación”, añadiendo que, “más allá de la IA hay otras tecnologías clave como la realidad aumentada, los dispositivos IoT o los gemelos digitales”.
No solo profesionales médicos
Desde el punto de vista laboral, el hospital del mañana se nutrirá de distintos tipos de profesionales: no solo médicos, sino también expertos en análisis y procesamiento de datos, tecnólogos… para entrenar las herramientas basadas en IA orientadas a tomar mejores decisiones.
Estos expertos ajenos a la profesión médica son los que configurarán las herramientas para que los sanitarios sepan cómo usar todo su potencial. Los nuevos perfiles son indispensables porque “si no, nos encontramos con un hospital con muchos médicos que no saben aprovechar todos los datos que genera su actividad diaria”.
El paciente va a ser el primer beneficiado de estos avances tecnológicos, pero los profesionales del ámbito de la salud también tienen mucho que ganar cuando estas innovaciones se extiendan, pudiendo “emitir diagnósticos y marcar tratamientos de un modo más rápido y eficiente”, asegura Climent.
Pero para seguir avanzando en esta línea, es esencial que el personal sanitario supere su rol actual y admita la gestión del dato como una nueva e inspiradora rutina. “Los profesionales de la medicina o la enfermería deben ser permeables a estas innovaciones, concibiéndolas como una ayuda y no como un obstáculo”, indica el portavoz de ASHO, que niega que la tecnología deshumanice la atención sanitaria: “Se estará mucho más cerca del paciente porque se le podría hacer un seguimiento a distancia 24/7”, admite.
Fuente: tynmagazine.com