LOS ÁNGELES/EEUU.- Como si se tratara de un cruce entre The War of the Worlds y Arrival, la serie Invasión recupera los relatos sobre ocupaciones alienígenas con una superproducción de 10 episodios que recorre cuatro continentes.
Apple TV+, la plataforma televisiva de la tecnológica, dio luz verde a este proyecto hace casi tres años en búsqueda de su gran serie de ciencia ficción, pero la pandemia aplazó el rodaje hasta que este viernes, finalmente, presenta los tres primeros episodios de una apuesta que ha costado 200 millones de dólares.
Invasión cuenta con el sello de Simon Kinberg, productor de The Martian y guionista de la factoría X-Men. Su creador es además el director de The 355, el largometraje de espionaje que Penelópe Cruz estrenará el próximo año.
La serie de ciencia ficción, sin embargo, deja a un lado la acción y se centra en imaginar cómo una invasión externa alteraría las vidas de los habitantes de la Tierra, representados como un policía de Oklahoma (EE.UU.), un ama de casa en Londres o una astronauta japonesa.
«Close Encounters of the Third Kind fue una película imprescindible de mi juventud», explica a Efe Kinberg, quien señala como mayor influencia la cinta que Steven Spielberg estrenó en 1977, que, a su juicio, se centraba en la «complejidad emocional» de sus protagonistas.
En Invasión, el director y guionista también prescinde del belicismo de ideas comparables, ya sean clásicas como The War of the Worlds o recientes como Independence Day, y se inclina por una narración que desentraña paso a paso las señales de que algo está cambiando en el entorno.
Por ejemplo, la mayoría de efectos de esta invasión alienígena se reducen a fallos eléctricos, vibraciones que fracturan hogares y sangrados de nariz colectivos.
En el primer episodio, no hay monumentos destruidos y tampoco aterriza un platillo volante.
«La serie es principalmente sobre relaciones humanas, cómo están viciadas o se pueden romper -señala el director de Invasión. Esas relaciones se ponen a prueba ante hechos traumáticos como una invasión alienígena y pueden volver a unirse».
Kinberg espera que el espectador quede seducido por el misterio que entraña la amenaza, pero que luego se enganche «por los sentimientos de sus protagonistas».
Así, la trama arranca en Oklahoma, cuando un policía que está a punto de jubilarse acude a una granja donde han desaparecido dos hombres y hay un extraño círculo dibujado sobre un campo de maíz; al mismo tiempo, en California, un complejo residencial queda destruido por unas vibraciones desconocidas, mientras que en Afganistán un soldado pierde la pista de sus compañeros.
Para intercalar todas las historias, el equipo invirtió la mayor parte del presupuesto en viajes.
«Filmamos en Londres, Manchester, Nueva York, Tokio y Marruecos. Son cuatro continentes (…) Pero el primer episodio es arraigado y emocional y, con suerte, haber rodado en lugares reales infunde a la trama algo que se siente», sostiene Kinberg.
La idea de Apple es estrenar los tres primeros episodios este viernes para después lanzar uno a la semana.
De momento no hay confirmación de una segunda temporada, aunque por su envergadura queda claro que es una de las grandes jugadas de la tecnológica para competir con Netflix y HBO.
«Si tenemos la suerte de rodar una segunda temporada quiero explorar Suramérica y África. No sé si llegaremos a la Antártida», promete el director. EFE