LONDRES.- Científicos en China han logrado por primera vez modificar genes de monos para poder estudiar el comportamiento autista en humanos y la transmisión a su descendencia, revela un estudio publicado hoy por la revista «Nature».
Uno de los principales retos en la investigación de los diferentes espectros de autismo radica en la falta de modelos animales que puedan reproducir fielmente los síntomas de esta condición detectados en pacientes humanos.
Aunque en los últimos años se han logrado importantes avances en este campo en experimentos con roedores, no ha habido hasta ahora modelos de primates no humanos, los cuales reflejan con más precisión enfermedades neuronales complejas.
Los científicos de la Academia China de Ciencias, con el experto Zilong Qiu a la cabeza, lograron desarrollar un modelo de primate afectado por el síndrome de duplicación del gen MeCP2, un gen epigenético que controla la actividad de muchos otros genes como si fuera un candado.
Este desorden se presenta en la infancia y comparte algunos de síntomas principales con algunos espectros del autismo, explicaron los autores.
En este sentido, estudiaron a ocho monos cangrejeros (Macaca fascicularis), modificados genéticamente a partir de lentiviruses, que presentaban una sobreexpresión en el cerebro del gen MeCP2, asociado al autismo.
Las funciones cognitivas de estos primates transgénicos, explican, eran relativamente normales, pero observaron varios cambios en su comportamiento.
Los expertos de la Academia China de Ciencias de Pekín pudieron así determinar que tanto los primates como su descendencia llegaron a presentar cambios en su comportamiento, lo que demuestra que es posible experimentar con primates no humanos modificados genéticamente para estudiar desórdenes del desarrollo neuronal.
Según destacan los autores, este trabajo podría contribuir al desarrollo de estrategias terapéuticas para tratar los síntomas de alguno de los espectros del autismo.
Entre otros, detectaron en los ochos sujetos un aumento de las conductas motoras repetitivas y de los comportamientos relacionados con la ansiedad, al tiempo que disminuyó la interacción social entre ellos.
Asimismo, demostraron la existencia de una transmisión germinal de citado gen a los descendientes de uno de los monos macho, los cuales también presentaron un deterioro en sus interacciones sociales cuando se les investigó por parejas.