Las autoridades iraquíes impusieron hoy el toque de queda en Bagdad y sus alrededores, después de que cientos de manifestantes irrumpieran en la fortificada Zona Verde de la capital y entraran en la sede del gobierno.
La Comandancia de las Operaciones de Seguridad de Bagdad informó en un comunicado de que se mantendrá esta medida excepcional de forma indefinida hasta que se controlen las protestas.
El toque de queda nocturno en Bagdad, en vigor durante más de una década debido a la situación de inseguridad en la capital, fue levantado en febrero de 2015.
Se impuso de forma intermitente tras el aumento de la violencia con la ocupación del país por las tropas estadounidenses en abril 2003, que acabó con el régimen del dictador Sadam Husein.
El regreso de esta medida se debió a la irrupción de seguidores del poderoso clérigo chií Muqtada al Sadr y activistas en la Zona Verde y en la oficina del primer ministro, Haidar al Abadi.
Las fuerzas del orden dispararon al aire y usaron gases lacrimógenos y chorros de agua para tratar de impedir su entrada, lo que causó lesiones y síntomas de asfixia a cerca de 25 personas.
Esta es la segunda vez en menos de un mes que manifestantes chiíes seguidores de Al Sadr entran en la Zona Verde para exigir la formación de un gobierno tecnócrata.
El pasado 30 de abril una turba irrumpió en la sede del Parlamento, aunque al día siguiente se puso fin a las protestas.
Al Sadr ha dado varios ultimátum al gobierno de Al Abadi y ha amenazado con protestas, e incluso ha suspendido la participación de sus diputados en las sesiones del Parlamento hasta que la Cámara vote un nuevo Ejecutivo
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