TEHERÁN (Irán).- Unas 60 reclusas de la prisión de Evin en Teherán, entre ellas la premio Nobel de la Paz Narges Mohamadi, han iniciado una huelga de hambre para expresar su repulsa por las últimas ejecuciones llevadas a cabo por las autoridades iraníes, preocupadas además por el hecho de que puedan aplicarse de forma inminente otras penas capitales.
La familia de Mohamadi, voz oficial para las iniciativas de la premio Nobel, ha difundido en redes sociales un comunicado conjunto en el que se denuncia la «brutalidad» de un sistema legal que consideran al servicio del régimen para «violar los Derechos Humanos». La huelga de hambre en principio se limita a este jueves.
Otras 37 mujeres han firmado un comunicado de apoyo a estas presas y se han sumado al ayuno, ya que entienden «los costes que podría implicar» para quienes aún siguen entre rejas en Irán. «Estamos a su lado, sabiendo que este acto de solidaridad necesita de apoyo exterior», han señalado las firmantes, entre las que figura la activista británica Nazanin Zaghari-Ratcliffe, que también estuvo recluida en Evin.
«Seremos su voz para que el mundo oiga su mensaje y termine la pena de muerte en Irán», han añadido estas mujeres. La República Islámica ha ejecutado en lo que va de año a más de medio centenar de personas, entre ellas Mohamad Ghobadlu, un joven discapacitado intelectual acusado de matar a un agente de Policía durante las protestas por la muerte de Mahsa Amini.
Fuente y foto Europa Press