MADRID (España).- El Ejército de Israel ha lanzado un ataque contra la localidad libanesa de Khiam, en el sur de Líbano, tras interceptar tres cohetes disparados desde esa zona contra la localidad israelí de Metula, en lo que se trata del primer ataque transfronterizo desde diciembre.
El Ministerio de Salud del Líbano ha confirmado hasta el momento dos fallecidos, entre ellos una niña, por un bombardeo israelí sobre Toulin, en el municipio septentrional de Nabatiye que ha dejado al menos otros ocho heridos, entre ellos dos niños. Sin embargo, la situación todavía es confusa: el alcalde de la localidad, Malek Aouali, estima que los ataques israelíes podrían haber dejado hasta cuatro fallecidos, según ha hecho saber al diario L’Orient le Jour.
No hay constancia de víctimas en Israel por el lanzamiento de estos cohetes.
A la espera de que Hezbolá se pronuncie sobre esta cuestión, el Ejército libanés ha desmantelado tres primitivas lanzaderas de madera y asegurado a Israel que está haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad en la zona. El presidente del Líbano, Joseph Aoun, y su primer ministro, Nawaf Salam, han realizado este sábado al unísono un llamamiento inmediato a la calma en la frontera con Israel ante la reanudación de los enfrentamientos y los cruces de bombardeos.
«Lo ocurrido hoy en el sur constituye un ataque persistente contra Líbano y socava el plan de rescate acordado por todos los libaneses», ha avisado el mandatario, quien ha instado a «todas las fuerzas pertinentes en la zona» a «seguir lo que está sucediendo con la máxima seriedad para evitar cualquier repercusión».
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el general Eyal Zamir, avisó al comienzo del ataque que sus fuerzas responderán «con severidad» y recordado al Gobierno libanés que tiene el deber de preservar el alto el fuego alcanzado en noviembre entre Israel y las milicias de Hezbolá.
Salam, por su parte, ha avisado que la actividad militar en la frontera sur del Líbano «podría arrastrar al país a una nueva y devastadora guerra» y ha anunciado contactos con el ministro de Defensa del país, Michel Mansi, para que garantice, en velada referencia a Hezbolá, que «solo el Estado libanés tiene la autoridad sobre la guerra y la paz».
El cese de hostilidades implicaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus efectivos del sur del Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí no se ha retirado por completo y ha mantenido cinco puestos en territorio de su país vecino, esgrimiendo que las milicias todavía permanecen activas en la zona.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha acabado ordenando de todos modos una nueva operación de bombardeos contra «docenas de objetivos de Hezbolá» después de la intercepción y el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, también ha avisado de represalias. «Hemos prometido seguridad a las comunidades de Galilea» ‒la denominación que usa el Gobierno de Israel para referirse al norte del país‒ «y eso es exactamente lo que va a ocurrir», ha hecho saber Katz.
Por su parte, el Ejército israelí también ha confirmado ataques contra «decenas de posiciones de lanzacohetes de Hezbolá y un centro de mando» de la milicia en el sur del Líbano, sin dar por el momento más detalles.
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Fuente y foto Europa Press