ROMA. El Consejo de Ministros aprobó este lunes el decreto sobre inmigración que lleva el nombre del líder de la ultraderechista Liga y ministro del Interior, Matteo Salvini, que endurece las solicitudes de asilo, limita la protección de inmigrantes vulnerables y facilita las expulsiones.
Salvini llevaba tiempo preparándolo y era su gran caballo de batalla y el verdadero paquete político con el que se presentó a las elecciones del pasado mes de marzo. Lo que finalmente ha logrado.
Aunque para que entre en vigor aún deberá ser firmado por el presidente de la República, Sergio Mattarella, y validado por el Parlamento en 60 días, algo previsible dada la mayoría que ostenta el Gobierno de coalición del Movimiento 5 Estrellas y la Liga.
Uno de los puntos más controvertidos del decreto es la supresión de la protección humanitaria, que hasta ahora se concedía a un tercio de los solicitantes de asilo. Esta es una de las tres formas de protección vigentes junto al asilo y la protección subsidiaria.
En la práctica, se sustituirá por un permiso de residencia de un año solo para casos extremos como urgencias sanitarias, desastres naturales en el país de origen o haber realizado algún mérito en suelo italiano.
Hasta ahora, la protección humanitaria implicaba permiso de residencia de dos años y derecho a un visado de trabajo si se encontraba empleo. También acceso al sistema de acogida en pequeños centros de protección en los que se imparten clases de italiano o de formación profesional y se trabaja en la integración.
Cuando entre en vigor, un gran número de inmigrantes terminarán relegados a maxicentros de primera acogida o al desamparo, explica Christopher Hein, profesor de Derecho y Políticas de Inmigración y Asilo del centro universitario Luiss, en Roma.(ECHA- Agencias)