Practicaba “acentos extranjeros” mientras repartía hamburguesas. El actor James Franco recordó con gusto a la cadena de restaurantes de comida rápida McDonald’s en un artículo publicado esta semana por The Washington Post.
«Todo lo que sé es que cuando necesité a McDonald’s, McDonald’s estuvo ahí para ayudarme. Cuando nadie más lo estuvo», redactó James Franco, actor y director de 37 años en la nota que los medios estadounidenses calificaron como una «declaración de amor» hacia la cadena.
Recién llegado a Los Angeles con apenas 18 años y el sueño de triunfar en Hollywood, James Franco encontró trabajo en McDonald’s. «Me trataron bastante bien», destacó. Allí comeiniciónzó trabajando en el Auto-Mac, donde Franco tuvo la oportunidad de practicar distintos acentos. Según relata, a veces se hacía pasar por italiano, otras por ruso o por irlandés, y la gente muchas veces le creía.
Aunque James Franco era vegetariano, muy pronto empezó a comer las hamburguesas destinadas a la basura porque habían sido recalentadas por más de siete minutos. «Odio ser alcahuete, pero todo el mundo comía directamente de la freidora. Pasabas, pescabas una papa frita y te la metías en la boca. Así de simple. A las papas yo les ponía un montón de sal porque así me gustaban a mí. No sé si alguna vez algún cliente se habrá quejado», contó.
Pasados tres meses de entrar a trabajar a McDonald’s le ofrecieron actuar en una publicidad para una cadena de pizzerías. «Y desde entonces pude vivir de la actuación», rememora James Franco.
«Cuando estuve hambriento de trabajo, ellos me alimentaron con lo que necesitaba», sostuvo agradecido James Franco.