Jorge Villanueva Torres (c.1922 – Lima, 12 de diciembre de 1957), conocido como el “Monstruo de Armendáriz” fue un afroperuano acusado, de violar y asesinar a un niño, por lo que recibió la pena de muerte. A lo largo de los años diversas investigaciones han puesto en duda que realmente cometiera esos delitos.
El caso del «Monstruo de Armendáriz” permanece en la memoria popular, pues lo relaciona con el racismo y el clasismo de la sociedad limeña de la época, que acabó jugando en contra de Jorge Villanueva Torres.
En la mañana del 8 de septiembre de 1954 una pareja de estudiantes descubrió el cuerpo sin vida de un niño en una covacha de la Quebrada de Armendáriz, un desfiladero que separa los distritos de Miraflores y Barranco. El cadáver del menor tenía signos de abuso sexual. La opinión pública exigió justicia para los padres del niño asesinado.
Unos días después, Ulderico Salazar Bermúdez aseguró que un hombre afroperuano le había comprado 20 centavos de turrón para Julio Hidalgo Zavaleta, el niño de tres años y medio asesinado, e identificó entre varios detenidos a Jorge Villanueva, apodado en ese momento Negro Torpedo, quien fue detenido debido a que arrastraba un extenso prontuario policial. Tras su interrogatorio el 14 de septiembre reconoció el crimen y fue encarcelado en la Penitenciaría de Lima, mientras la población exigía la pena de muerte contra el detenido.
El juicio se desarrolló en el Tercer Tribunal Correccional. En el tramo final la defensa de Jorge Villanueva la asumió el abogado Carlos Enrique Melgar. Villanueva clamó por su inocencia y acusó a la policía de haberlo coaccionado para reconocer la autoría del crimen del niño.
Luego de dos años de juicio, el 7 de octubre de 1956, el juez lo halló culpable de secuestro, violación y asesinato de Julio Hidalgo Zavaleta y lo sentenció a la pena de muerte.
El testimonio de Ulderico Salazar Bermúdez resultó clave, junto al historial delictivo de Jorge Villanueva Torres y su actitud díscola en el juicio. En diciembre de 1957, la Segunda Sala de la Corte Suprema ratificó su condena.
Un pelotón de fusilamiento de la Guardia Republicana en la Penitenciaría de Lima ejecutó a Jorge Villanueva Torres al amanecer del 12 de diciembre de 1957.
“¡Soy inocente!”, gritó antes de la descarga de las balas, mientras el director de la prisión manifestó a los asistentes luego de la ejecución de Jorge Villanueva Torres: “Señores, se ha hecho justicia”.
Su historia la llevó al cine Francisco Lombardi en 1977 con Muerte al amanecer.
La banda peruana Los Nosequién y Los Nosecuántos tiene en su repertorio la canción “Monstruo de Armendáriz”.
Al cumplirse los 60 años de la ejecución de Jorge Villanueva Torres en el 2017 su caso fue llevado al teatro por Sebastián Eddowes y Malcolm Malca.
Imágenes: captura.