El rey de España entregó hoy en Madrid al español Juan Goytisolo el Premio Cervantes 2014, considerado el galardón más importante en lengua española, donde destacó «la mirada crítica» del escritor, nacido en Barcelona pero afincado en la ciudad marroquí de Marraquech.
Felipe VI, junto a la reina Letizia, presidió en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) por primera vez la entrega del Cervantes, y valoró la «deslumbrante obra de premiado que ayudará a los españoles a replantearse visiones e ideas establecidas y que les impulsará a reflexionar sobre el presente y el pasado, para así quizás afrontar mejor el futuro».
El rey en su intervención recordó los intentos infructuosos del autor del Quijote (Cervantes) de emigrar a Las Indias y dijo: «no sabemos, pero podemos intuirlo, qué pensaría unos años después al comprobar cómo sus libros realizaban sin problemas este viaje a América, donde eran leídos y apreciados», afirmó el monarca destacando el reconocimiento que hoy tiene en Iberoamérica la obra de Goytisolo.
Felipe VI resaltó que «España no puede desentenderse de su misión de ejercer de puente cultural entre Iberoamérica, Europa y la orilla sur del Mediterráneo» y definió a Goytisolo como uno de los principales representantes de Cervantes en castellano de las últimas décadas y «una figura cumbre de la literatura en español».
Por su parte, Juan Goytisolo en su breve discurso reivindicó el compromiso social con varias referencias a los actuales problemas económicos y señaló: «las razones para indignarse son múltiples y un escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo (…) Digamos bien alto que podemos, los contaminados por nuestro primer escritor (Miguel de Cervantes) no nos resignamos a la injusticia», concluía su discurso, en clara referencias a los problemas sociales actuales
Por último, Juan Goytisolo, de 84 años, afirmó al agradecer el Premio Cervantes, dotado con 150.000 euros, que, al igual que al héroe del «Quijote«, a los lectores «tocados por la gracia» de esa novela les resulta difícil aceptar un mundo «aquejado de paro, corrupción y crecientes desigualdades sociales» como el actual, agregó.