La derrota ante Bolivia por 2-0 es el inicio del calvario que no caduca ante lo que se viene en el resto de la Eliminatoria al Mundial de 2026. Este inicio de terror en el actual proceso tiene sus raíces en la elección del técnico que desentona en un equipo que no camina con la propuesta de un DT que no es de su agrado.
Reynoso puede ser un buen técnico, pero no encaja con el grupo a su mando que no “mata” por su entrenador.
Con otro técnico le podrá ir bien a la bicolor que tiene jugadores capaces de darle vuelta a esta eliminatoria con tan solo proponerse. Es obvio que los jugadores no tienen empatía con Reynoso, solo ese detalle tiene que ver con el rendimiento del plantel.
De hecho Reynoso conspira contra su propio credo de insistir con un equipo que no le responde, quebrado y sin ese andarivel por donde se debe transitar para que el cero goles, un punto y último en la tabla revierta.
Está dicho que el ex técnico del Cruz Azul no debe insistir y nadie le quita la testadura apuesta, de la que Juan Carlos Oblitas conoce bien.
Con Reynoso no vamos a ninguna parte, con él estamos condenados a ser el hazmerreír de Sudamérica y quedar fuera de toda opción de clasificación a la venidera Copa del Mundo.
Esta obra es también de Agustín Lozano que apostó por un DT que tiene sapiencia, pero para una selección la faja le queda grande. (Hugo Laredo)