¡Justicia para Jaime Ayala! Periodista fue desaparecido en cuartel de la Marina en 1984

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39 años desaparecido. El periodista, que trabajaba en la radio Huanta 2000 y era corresponsal del Diario La República, está desaparecido desde el 2 de agosto de 1984, cuando ingresó al Cuartel de Infantería de la Marina de Huanta (Ayacucho).

El único “delito” de Jaime Ayala Sulca, periodista del diario La República y exdirigente de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, ANP, fue indagar por el asesinato de seis evangelistas y la agresión a su familia, confiando en su amistad con el capitán de fragata Álvaro Artaza Adrianzén, conocido como “Comandante Camión”.

El 2 de agosto de 1984 Jaime Ayala ingresó a la base de la Marina de Guerra del Perú, acantonada en el estadio municipal de Huanta, para exigir explicaciones y nunca salió del establecimiento castrense, pese a que los militares adujeron que se había marchado.

La versión “oficial” no resistía el menor análisis y, de acuerdo a la versión de un miembro de la Marina, difundida por el diario La República, que presuntamente observó los hechos desde el interior del Estadio de Huanta, donde prestaba servicios al lado del comando, se habría tratado de un asesinato a sangre fría.

“Ayalita vino a reclamar porque la casa de sus padres había sido allanada. El comandante Camión (capitán de corbeta Álvaro Artaza Adrianzén) fue informado y un infante salió a recibirlo. Adentro lo detuvieron y comenzaron a interrogarlo, pero se les pasó la mano“, relató el testigo de excepción. (Diario La República)

Una versión señala que el ministro de Marina llamó al jefe de la base y éste ordenó a “Camión” que entregara al periodista, pero el comandante se negó tercamente.

Así que cuando supo que el fiscal de la Nación de ese entonces, Álvaro Rey de Castro, y el secretario general del Ministerio Público, Fernando Olivera, se dirigían al Estadio en busca de Jaime Ayala, el capitán de corbeta Álvaro Artaza Adrianzén, alias “Camión”, habría decidido eliminar al periodista, de acuerdo a esa versión.

Según la versión del testigo de excepción, a Jaime Ayala lo habrían matado a golpes, luego seccionaron su cuerpo y después enterrado sus restos en diferentes puntos del estadio, lo que no se comprobó.

La anécdota es que cuando Fernando Olivera recorrió las instalaciones acompañado de los familiares de Ayala se encolerizó por la música y pidió que la apaguen. Hay “gente doliente, de luto”, alegó. Guardaron silencio, pero continuó el bullicio.

Secuestro del «Comandante Camión»

El “Comandante Camión” era procesado por la matanza de evangélicos en Callqui, la desaparición del periodista, Jaime Ayala, y las fosas de Pucayacu, pero cada vez que el fuero común lo citaba por medio del Ministerio de Marina, se dieron respuestas como ésta: “Está en comisión de servicio en Estados Unidos”.

El 18 de febrero de 1985, el fiscal provincial Mario Gilberto Miranda Garay se formalizó denuncia penal contra el comandante Álvaro Artaza Adrianzén y contra el oficial de mar Román Manuel Martínez Heredia, por presunto secuestro en agravio de Jaime Ayala Sulca.

Tres días después, el Segundo Juzgado de Instrucción de Huamanga admitió la denuncia.

El 16 de octubre del mismo año, el fiscal provincial de Huamanga, Jorge Romaní Luján, acogió la acusación y solicitó para ellos tres años de prisión y el pago de diez millones de soles como reparación civil.

Pero, cuatro meses antes, en junio de 1985, el presidente del Consejo de Guerra Permanente de la Marina, había interpuesto una contienda de competencia. Se trata de un delito de función, alegó.

La Corte Suprema de Justicia dirimió una contienda de competencia a favor del fuero común para el juzgamiento del capitán de fragata Álvaro Artaza Adrianzén, quien había sido ascendido mientras era procesado.

El 2 de febrero de 1986 -según reportó La República-, cuatro desconocidos armados de revólveres secuestraron al comandante Álvaro Artaza Adrianzén en la esquina de la calle 6 y el jirón Ayacucho de la Urbanización Liguria, en Surco.

El marino viajaba con su hermano Hernando en una camioneta Datsun de doble cabina. Pararon en esa esquina para que éste comprara una gaseosa en la bodega “don Carlos”. De pronto, un hombre alto y rubio, de tez blanca y bigotes se acercó a la ventanilla y encañonó al oficial de la Armada. Otros tres sujetos de raza mestiza subieron a la camioneta y secuestraron al comandante Artaza. Un Volkswagen gris, sin placa de rodaje, escoltó al Datsun que se esfumó. Ni el plagiado, ni los secuestradores, ni el vehículo fueron jamás habidos.

Nunca más se supo del «Comandante Camión» y, por lo tanto, tampoco se esclareció su presunta responsabilidad en el trágico suceso.

Legalmente Álvaro Artaza Adrianzén fue declarado muerto por el Poder Judicial, según resolución publicada en el diario oficial El Peruano, el 19 de febrero de 1989.

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Walter Sosa Vivanco

 

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