PYONGYANG .- El gobernante norcoreano, Kim Jong-un, recibió este lunes con un fuerte abrazo en la pista del aeropuerto de Sunan al presidente surcoreano, Moon Jae-in, con el que celebrará una cumbre de tres días para romper el bloqueo en el diálogo con EEUU sobre desnuclearización.
Acompañado por la primera dama norcoreana, Ri Sol-ju, Kim accedió desde la terminal 1 del aeródromo a la pista para recibir a Moon al pie de la escalinata de su Boeing 747 presidencial.
Moon y la primera dama surcoreana, Kim Jong-sook, saludaron a la multitud nada más abrirse la puerta del avión y, tras bajar la escalinata, los líderes de las dos Coreas se fundieron en un emotivo y fuerte abrazo entre los vítores de la multitud congregada en el aeropuerto y la marcha interpretada por una banda militar.
La tercera cumbre será la más larga hasta el momento, de tres días, y la que presenta un mayor nivel de exigencia. Si en las dos primeras, en abril y mayo en la frontera común en Panmunjom, el mero gesto de reunirse y dialogar representaba un avance, ahora necesitan acordar medidas concretas.
Medidas que permitan destrabar las negociaciones sobre el desarme nuclear con Estados Unidos y continuar el proceso de aproximación de los dos vecinos.
A la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto, a las 10.00 horas locales (03.00 en España), asistió el propio Kim Jong-un, en una señal de la importacia que el Norte adjudica a la cumbre. Le acompañaba su hermana, Kim Yo-jong, y el jefe de Estado ceremonial, Kim Yong-nam.
.Mientras decenas de norcoreanos, ataviados con sus mejores galas, aclamaban a los líderes y agitaban banderas norcoreanas y de la unificación -blanca, con el mapa de la península en azul-, los dos mandatarios pasaron revista a las tropas, acompañados de sus respectivas esposas.
Moon, hijo de refugiados norcoreanos, se acercó al público para saludar y estrechar algunas manos, algo que elevó aún más las manifestaciones de júbilo.
La desnuclearización “será el asunto más complicado de todos en la agenda”, ha admitido en Seúl el jefe de Gabinete presidencial, Im Jong-seok.
Hasta ahora era una cuestión reservada a las conversaciones entre Pyongyang y Washington. Pero la falta de progresos desde que Kim Jong-un y el presidente de EE UU, Donald Trump, se reunieran en Singapur en junio pasado ha llevado a Moon a colocarse de nuevo en el papel de mediador e incorporar también esa parte de la negociación.
“Ahora es un tema clave para nosotros también”, ha subrayado Kim, que ha puntualizado que “es difícil ser optimista”.
Antes de dar nuevos pasos en las negociaciones sobre desnuclearización, Pyongyang reclama a Washington garantías sobre su seguridad, que incluyen la aprobación de un tratado de paz que ponga fin definitivamente a la guerra de Corea (1950-1953), detenida hasta ahora solo por un armisticio.
El Norte alega que ya ha presentado abundantes pruebas de sus buenos propósitos, incluida la voladura de su centro de pruebas nucleares en Punggye-ri.
Estados Unidos considera que la congelación de sus maniobras militares en la zona ya representa un gesto hacia la seguridad de Corea del Norte.
Partida en Seúl
Para aceptar un tratado de paz o un levantamiento de las sanciones exige que el régimen de Kim Jong-un ofrezca nuevos pasos hacia una desnuclearización “completa, verificable e irreversible”, tales como permitir la inspección internacional de sus instalaciones.
La clave, ha opinado Moon tras una reunión este lunes con sus principales asesores, será “encontrar un punto de coincidencia entre las exigencias de EE UU sobre pasos para la desnuclearización, y la exigencia del Norte de pasos correspondientes que garanticen su seguridad y pongan fin a esa relación hostil”.
“Creo que la cuestión de la desnuclearización puede avanzar muy rápido si se reaviva el diálogo y ambos líderes vuelven a sentarse cara a cara”, ha agregado el presidente surcoreano, citado por la agencia de su país Yonhap. (ECHA/Agencias)