LONDRES.- La adaptación de Meghan, esposa del príncipe Enrique, a las costumbres de la monarquía y los rumores sobre sus supuestas desavenencias con Catalina, cónyuge del príncipe Guillermo, han marcado el inicio del año para la familia real británica.
Los tabloides han aireado que Meghan censura la afición a la caza de su cuñada y, aunque fuentes del palacio de Buckingham han negado que existan roces en ese terreno, Catalina esperó estas navidades a que los duques de Sussex abandonaran la finca de la reina Isabel II en Norfolk para salir a cazar faisanes, perdices y patos.
«Meghan ha comprendido que la realeza ha hecho esto durante siglos y no van a cambiar», aseguró al Daily Mail un miembro del palacio, que detalló que a la duquesa «no le gusta la crueldad innecesaria con los animales».
Catalina, en cambio, es una avezada cazadora y este año ha estrenado su propia escopeta, un arma liviana del calibre 20, lo que ha espoleado aún más las especulaciones sobre sus discrepancias con Meghan que contrajo matrimonio con Enrique en mayo y espera dar a luz en primavera.
Ambas apartaron cualquier diferencia, sin embargo, durante la jornada de Navidad, en la que llegaron formar equipo en una partida del juego Scrabble, reveló The Sun.
«Si las tropas alemanas y británicas pudieron poner sus diferencias a un lado para jugar al fútbol durante la primera Guerra Mundial, la sensación fue que Catalina y Meghan podían hacer lo propio en el Scrabble», relató al tabloide una fuente interna del palacio.
Con todo, el diario asegura que la esposa de Enrique, de 37 años, «hizo llorar» a Catalina, de 36, durante una discusión sobre los vestidos de las damas de honor antes de su enlace, mientras que la duquesa de Cambridge desaprueba la actitud de su cuñada con el personal a su servicio.
EFE/Foto: hola.com