MADRID.- Un nuevo estudio en el Polo Sur ha descubierto que una cuenca del tamaño del Reino Unido formaba parte del elusivo borde de la Antártida Oriental.
La Antártida Oriental es la región menos conocida de la Tierra. Estudiar esta parte remota del continente es extremadamente difícil y requiere que los investigadores miren debajo de kilómetros de hielo que los cubre.
Un equipo de científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el British Antarctic Survey (BAS) han hecho exactamente esto para un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications Earth & Environment.
Los investigadores utilizaron técnicas innovadoras para revelar la composición geológica del esquivo borde de la Antártida Oriental. Los datos que han recopilado brindan nuevos conocimientos sobre la geología oculta del Polo Sur que ayudan a limitar la extensión y la forma del borde de la Antártida Oriental.
El equipo sobrevoló la Antártida Oriental utilizando dispositivos que miden los cambios en las firmas magnéticas y de gravedad producidas por las diferentes rocas ocultas bajo el hielo. Los datos que recopilaron les permitieron determinar las características clave de las rocas, proporcionando nuevas y tentadoras pistas sobre cómo evolucionó el borde de la Antártida Oriental.
Para sorpresa del equipo, los nuevos datos mostraron que falta por completo un área de rocas antiguas del tamaño del Reino Unido, que se pensaba que formaba parte de la costa de la Antártida Oriental. En su lugar, encontraron una cuenca formada por rocas más jóvenes de lo esperado. Esto sugiere que menos parte de la Antártida oriental de lo que se suponía anteriormente formaba parte del antiguo continente a partir del cual se formó la Antártida.
Las consecuencias de este hallazgo formarán la base de una amplia gama de investigaciones antárticas. Ayudará a los investigadores a construir reconstrucciones globales de los antiguos supercontinentes de la Tierra y a aquellos que intentan comprender cómo la geología antigua de la Antártida oriental influye en el flujo y la estabilidad de la capa de hielo moderna.
El doctoir Tom Jordan, autor principal del estudio y geólogo y geofísico de BAS, dijo en un comunicado: «Es como si le hubieran dado un gran mordisco a la Antártida Oriental. Esto probablemente sucedió durante un gran evento de ruptura, probablemente relacionado con la apertura del antiguo Océano Pacífico hace unos 650 millones de años. Comprender que la Antártida Oriental no es un único bloque continental uniforme cambia la forma en que pensamos sobre la tectónica del continente.
Esta cuenca en la región del Polo Sur probablemente influyó en cómo crecieron las cadenas montañosas y los volcanes en el área, y las cicatrices en el borde de donde alguna vez estuvo la ensenada continúan guiando el flujo de la capa de hielo actual».
El estudio fue posible gracias a la campaña de colaboración internacional ESA PolarGap. El objetivo principal de esta misión era aumentar el campo de gravedad del satélite GOCE en la región del espacio polar alrededor del Polo Sur, donde faltaban las mediciones del satélite. Mediante un cuidadoso diseño y planificación de estudios, ha surgido un amplio espectro de resultados científicos en esta frontera previamente inexplorada en la Antártida Oriental.
Fuente: europapress.es