La epilepsia es una enfermedad altamente estigmatizada y desconocida, que puede presentarse no solo en forma de convulsiones, sino también en ataques de risa incontrolables o ausencia, lo que muchas veces margina a quien la padece.
«Durante mucho tiempo se ha malinterpretado la epilepsia como un castigo divino» por lo que los pacientes sufren una “discriminación tremenda», aseguró a Efe Paul Shkurovich Bialik, epileptólogo químico del Centro Médico ABC.
Con motivo del Día Mundial de la Epilepsia que se celebra el jueves 26, el especialista dijo que las familias de estos pacientes tienen además que aprender a vivir con las crisis, los costos y con ese estigma que carga la enfermedad.
La epilepsia, explicó el experto, es un trastorno neurológico que genera crisis, la mayoría manifestada en convulsiones, que no son provocadas y que, hasta el momento, no tiene cura.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 50 millones de personas en el mundo sufren de epilepsia, un trastorno neurológico que genera convulsiones y no tiene cura.
El Día Mundial de la Epilepsia se celebra desde 2015 para destacar la importancia de esta enfermedad que en Latinoamérica afecta a mas de 5 millones de personas, mientras que en México supera el millón, según datos de la OMS.
Shkurovich Bialik señaló que uno de los sectores de la población más afectados por el estigma de esta enfermedad son los niños pues muchas veces no les permiten continuar en la escuela porque a los maestros y a las autoridades escolares les da miedo que vayan a tener una crisis.
«Es complicado, es un tema social que además acompaña al tema médico», manifestó.
Contrario a lo que causa, la epilepsia no discrimina y puede presentarse en cualquier persona a cualquier edad.
A Adriana Ríos la diagnosticaron cuando tenía 22 años, luego de que un día después del trabajo se desmayó y convulsionó: «Pensé que era la carga de trabajo»
Tras un encefalograma, el doctor le diagnosticó epilepsia y aunque no fue fácil asimilar hoy sabe que llevar una buena calidad de vida depende de su medicamento.
Aseguró que al parecer la enfermedad la tenía desde años antes pues «me desconectaba unos segundos y me daban saltos en la mano», pero no dio importancia a los síntomas porque eran muy leves.
Al respecto, el doctor Shkurovich Bialik dijo que el diagnóstico tardío es algo común ya que la epilepsia no siempre se presenta con convulsiones «a veces pueden ser ausencias, ataques de risa» y por ello se piensa que el pequeño es distraído o tiene déficit de atención.
Además, dijo, identificar qué tipo de crisis presenta cada paciente para otorgar el medicamento más específico que le ayude a sobrellevarla.
Señaló que esta enfermedad muchas veces puede limitar la calidad de vida de las personas, sin embargo, al menos 7 de cada 10 pacientes puede controlar la enfermedad con una dosis correcta de medicamento.
«El medicamento es fundamental, no hay otra cosa que me pueda ayudar», reconoció Adriana, quien aseguró que ha cambiado su vida pues tiene que cuidar su descanso y su estrés, lo que en muchas ocasiones le impide salir a divertirse.
Aseguró que muchas veces las personas no entienden su condición y suele ser desplazada de eventos sociales por ello, aunque trata de no hacer caso a ello.
«Puedo hacer muchas cosas, a veces la gente no lo entiende, pero yo sé que debo seguir con mi vida», afirmó.
Finalmente, el doctor Shkurovich destacó la importancia de un tratamiento multidisciplinario para que si el paciente no responde con fármacos pueda tener una cirugía que le ayude a llevar una vida prácticamente normal. EFE