La fiesta de la Virgen del Carmen mueve tradiciones y costumbres ancestrales

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Diferentes localidades celebran a la Virgen del Carmen el 16 de julio como fecha central, pero las festividades comienzan días o semanas antes conforme a las tradiciones religiosas, por las misas de novena o setena y otras por los preparativos de visita y recordación de compromisos con la fiesta por mayordomos u organizadores de dichas celebraciones.

En Lima, es una de las fiestas más importantes del calendario religiosas, porque la Virgen del Carmen es patrona de los Barrios Altos, cobijada en el Santuario Arquidiocesano de la Virgen del Carmen en la confluencia de los jirones Junín, Huánuco y prolongación Lucanas muy cercano de la plaza Italia, también es patrona de la música criolla, conforme se escucha en diferentes estribillos de los criollos de antaño que evocan la procesión de la Virgen del Carmen acompañando la procesión con música criolla como sentimiento de influencias africanas, europeas e indígenas y de por sí, dan ganas de saborear la mazamorra morada, el arroz con leche o los picarones calientes con dulce de higo y chancaca al terminar el día.

En Cusco, hay otra forma de celebrar la festividad, es el distrito de Paucartambo, a orillas del río del mismo nombre, a 110 kilómetros de la capital cusqueña y por los 2, 906 metros sobre el nivel del mar, en un valle interandino de temperatura templada, se realiza los festejos con una serenata donde los músicos y cantantes entonan en quechua diferentes episodios y pasajes de la historia peruana. Hay quema de fuegos artificiales baile y comida típica que ofrecen los carguyoc que tienen el cargo de organizar la fiesta en la que se puede saborear el cuy y el lechón en sus diferentes variedades, principalmente como picantes. Se acompaña con chicha de jora y harta cerveza para superar el frio paucartambino.

En el día central, la fiesta empieza muy temprano y comparsas de danzas y músicos presentan a sus personajes como el saqra o “diablo”, los doctorcitos, el qapaq negro, qapaq Chucho, Qapaq qolla, el maqta, káchampa, majeño, danzaq, panadero, aucca chileno, paucatampus o el chuccho entre otros, que hacen disfrutar de ciertas bromas con los asistentes y que mantienen atentos durante el recorrido de la Procesión y la fiesta. Algunas veces también vemos a ukukos que salen entre los tejados de las casas y desaparecen en un descuido para aparecer vestidos con máscaras y atuendo colorido de la festividad.

Otro matiz se vive en la región Cajamarca, provincia de Hualgayoc, en cuya capital Bambamarca, las celebraciones están vinculadas a rememorar los primeros descubrimientos de yacimientos mineros en la zona. Aquí retumban las casas y el jolgorio empieza a primeras horas de la mañana con quema de fuegos artificiales que despiertan a la ciudad, luego se oficia la misa y la procesión de la Santísima Virgen del Carmen que pasa por alfombras de flores que muestran aspectos de la religiosidad, de los paisajes andinos y de las costumbres mineras de la zona. Estas alfombras están artísticamente elaboradas con pétalos de flores y plantas que traen de diversas zonas cercanas, para la festividad. Aquí se toma unos deliciosos caldos seguido de platos, pero se acostumbre durante la procesión realizar la mesa de once, que es una mesa donde el oferente brinda al público bizcochos y trozos de quesillo para compartir con la gente, acompañados por chicha, luego continúa la procesión.

Otro lugar como la provincia de Angaraes con su capital Licay en la región Huancavelica. En estas celebraciones de la Virgen del Carmen tienen especial significado la zona que es minera. Y tan igual que las anteriores provincias los festejos incluyen serenatas con quema de fuegos artificiales, aquí se brinda con “calientito” que es la combinación de mates de té u otra hierbas aromáticas de la zona con un poco de pisco o alcohol artesanal y limón para soportar las bajas temperaturas del clima lirqueño. La noche del 15 de julio se realiza en la plaza principal la chamiza o quema de amas y leña para calentar el ambiente festivo de serenata, se presentan conjuntos musicales, bandas de músicos y comparsas de los barrios que con cánticos muy folclóricos hacen bailar a la gente hasta muy de madrugada.

A la mañana siguiente es el albazo con quema de fuegos artificiales, bombardas y camaretazos seguido de una misa central y procesión de la Virgen del Carmen de Lircay. En la tarde los “mayordomos”, que son los organizadores de la fiesta, ofrecen una “corrida de toros” que ahora son exhibición de afición taurina sin sacrificio de vacunos. Luego en la noche, los organizadores dejan en los puntos donde ubicaron la chamiza trozos de carne para que la gente pueda cocer a fuego o brasa y saborear entre todos los que rodean la chamiza, mientras bailan al son del “aycha cuchuy” (corte de carne), y al mismo tiempo, algún familiar cercano de los organizadores o un poblador es colocado con la piel del vacuno o auquénido en forma de poncho el mismo que es jalado por los pobladores bailando al son del “aycha cuchuy”.

Así termina estas fiestas y serán retomadas el próximo año, motivo para programar alguna visita a estos lugares que nos ofrecen, además, lugares turísticos, comida típica, artesanía, fiesta, diversión, tradiciones y costumbres que son rememoradas generación tras generación.

Hasta nuestro próximo viaje al interior de así es mi tierra… así es mi Perú (MGD).

Fotos Andina

 

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