La «indolencia» ante los crímenes de género moviliza a las peruanas (Fotos)

shadow

 

Mujeres de diversos colectivos y grupos feministas marcharon en Lima para protestar contra la «indolencia» del Estado peruano y sus operadores de justicia frente a los más de 140 feminicidios y las 70 denuncias diarias de agresiones sexuales cometidas en el país en lo que va de 2019.

Ese panorama de violencia es el que llevó a centenares de mujeres a unirse a la marcha «Juntas contra todas las violencias» para recorrer las calles del centro de Lima, desde el Palacio de Justicia hasta la plaza San Martín, con un llamado que reclama el fin de los feminicidios y de la violencia que sufren las mujeres en Perú.

«Actualmente, la situación es alarmante, nosotras llamamos la atención sobre los más de 140 casos de feminicidio, que se van reportando a lo largo del año, y también sobre los reportes que da el Ministerio Público, que ha registrado que cada día en el Perú se reportan 70 denuncias por violación sexual», declaró a Efe la portavoz del centro Flora Tristán, Victoria Solís.

Una niña acompaña este sábado a mujeres y activistas independientes que marchan bajo el lema «Juntas contra todas las violencias», en Lima (Perú). La manifestación previa al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (lunes 25 de noviembre), partió de las afueras del Palacio de Justicia y finaliza en la céntrica plaza San Martín con un espectáculo cultural. EFE/ Juan Ponce

COLECTIVOS DENUNCIAN IMPUNIDAD

A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Solís explicó que «seguimos teniendo dificultades y violaciones que muchas veces los Estados reproducen revictimizando» a las personas agredidas.

«La impunidad que hay en el sistema de justicia por parte de fiscales, por parte de los jueces, que procesan estos casos de violencia, es terrible, es alarmante», añadió.

El año pasado, los Centros de Emergencia Mujer registraron 149 feminicidios en Perú, donde sólo el 10 % de las víctimas había denunciado un hecho de violencia previo.

Las tentativas de feminicidio fueron el doble.

A su vez, la Policía Nacional reportó 7.303 denuncias de desapariciones en 2017, de las cuales 4.565 correspondían a mujeres adultas y menores.

Mujeres y activistas independientes marchan este sábado bajo el lema «Juntas contra todas las violencias», en Lima (Perú). EFE/ Juan Ponce

CADENA PERPETUA PARA FEMENICIDIO

El 14 de marzo de 2018, Sheyla Torres, murió degollada en su casa por su exenamorado del colegio, quien no soportó que la joven siguiera una carrera en la universidad y creciera en su vida de adulta, mientras que él no avanzaba en la suya.

«Los policías no presentaron todas las pruebas que tenían que mandar a la Fiscalía, el fiscal no pidió que se impugne la sentencia, lo sentenciaron solamente a 15 años de cárcel. Nada más 15 años vale la vida de mi hija, imagínese», explicó a Efe la madre de la víctima, Magaly Aguilar.

Para la también representante del colectivo Familias Unidas por Justicia, el problema en Perú «es la indolencia de cada juez, de los abogados que a veces se venden porque no puedo pensar otra cosa, no todos, y de los policías que te dicen que venga después, te ponen trabas en el camino, no te dejan avanzar» en el caso.

El agresor de Sheyla Torres fue detenido a las pocas horas del ataque y condenado, pero así como en otros casos, la familia de la víctima reclama cadena perpetua para él y tratamiento psicológico para los deudos.

«Nosotros pedimos como colectivo cadena perpetua para todos los feminicidas, creo que todos los casos ameritan que sea cadena perpetua porque están quitando una vida», afirmó Aguilar.

«Mi hija estaba estudiando para ser obstetra en la universidad, iba a ser un bien para la sociedad, en cambio el individuo éste no va a ser nada», expresó.

La manifestación previa al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (lunes 25 de noviembre), partió de las afueras del Palacio de Justicia y finaliza en la céntrica plaza San Martín con un espectáculo cultural. EFE/ Juan Ponce

NADIE BUSCA A DESAPARECIDAS

Solsiret Rodríguez desapareció el 23 de agosto del 2016 de la casa que compartía con su conviviente y dos hijos en el Callao, después de haber sufrido el acoso sexual del hermano gemelo de su pareja.

«Desde ese día 23 nadie me da respuesta (sobre) qué fue lo que pasó con mi hija», expresó Rosario Aybar, madre de Solsiret, en entrevista con Efe.

En los tres años transcurridos, tras la desaparición de Rodríguez, su conviviente nunca la buscó y «toda su familia la ha denigrado como persona, como madre. (Así como) El Estado, la policía, y la fiscal para justificar su desaparición», afirmó su progenitora.

La familia de la desaparecida se quejó de haber recibido trabas de la Policía y el Poder Judicial para sentar una denuncia y exigir su búsqueda, bajo el argumento de que era joven, feminista, o que «de repente se ha ido con otro».

Mujeres y activistas independientes durante la marcha por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. EFE/ Juan Ponce

DESAPARICIONES ENCUBREN OTROS DELITOS

«Si no hay cuerpo, no hay delito, entonces una desaparición está encubriendo eso, perfecto le cae a los agresores, (porque) nunca la encuentran», se quejó Aybar, que también pertenece al colectivo Mujeres Desaparecidas Perú.

La demanda de este colectivo en la marcha es que «nos tomen en cuenta porque una desaparición es un delito, porque puede ser un feminicidio, un homicidio, puede ser un secuestro o una trata de personas», anotó.

Un nuevo fiscal ha asumido el caso de Solsiret Rodríguez y su familia confía en que «no quede en total impunidad, con todos los indicios que hay», teniendo en cuenta que el presunto responsable o responsables tienen la tenencia de los hijos de la víctima, indicó su madre. EFE

 

612996