Con el impulso de la Revolución Rusa de 1917, que empoderó a los trabajadores y los puso en la primera línea de la organización del Estado, y tras la finalización de la Primera Guerra Mundial en noviembre de 1918, el 11 de abril de 1919, se creó la OIT.
Su constitución quedó enmarcada en el Tratado de Versalles, que fijó la paz, condiciones y los compromisos para los más de los 50 Estados beligerantes en el primer gran conflicto del siglo XX.
Entre aquellos primeros postulados figuran que «el trabajo no debe considerarse meramente como una mercancía o artículo de comercio». También estableció «el derecho de asociación por razones lícitas tanto para trabajadores como empleadores», y «el pago de un salario adecuado para el empleado, que le permita mantener un estándar de vida razonable», entendido esto en el contexto de su época y país.
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Si bien los actos centrales conmemorativos organizados por la OIT se realizan el 11 de abril, la fecha más importante es el «Día de los Trabajadores», que se conmemora cada 1 de mayo.
Una de las grandes conquistas de la lucha de los trabajadores sin lugar a dudas ha sido la propia constitución de la OIT y a partir de ahí se han ido institucionalizando muchos de los derechos que ahora se gozan.
Ahora hay desafíos por delante, sobre todo por las plataformas digitales, cuyos trabajadores también la OIT debe abrazar y proteger sus derechos.
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Actualmente la OIT está integrada por 187 países, y desde sus inicios está concebida como un organismo de conducción tripartita. Cada Estado está representado por cuatro delegados: dos propuestos por los gobiernos, otro por los sindicatos y el restante por los empleadores.
Queda mucho por hacer. Se precisa una OIT más contundente con un conjunto de trabajadores a nivel global que logren mejores condiciones para los siguientes años.
Los trabajadores deben ser conscientes de que con las nuevas tecnologías se enfrentan a nuevas formas de relaciones laborales y que no debería haber obstáculos en la posibilidad del fortalecimiento organizativo para defender sus justos derechos.
Texto: WSV
Foto: Difusión
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