BUENOS AIRES.- Los nuevos aumentos en los servicios públicos argentinos hicieron que centenares de personas, muchas de ellas procedentes de zonas donde tradicionalmente cuentan con pocos recursos, salieran a las calles este jueves para reclamar que paren los llamados «tarifazos» en luz y transportes, entre otros.
En una protesta que acabó frente al Ministerio de Hacienda con un «ollazo» popular en el que se repartió un plato de comida a manifestantes, la portavoz de la organización Barrios de Pie de la provincia de Buenos Aires Norma Morales dijo a Efe que desde el gobierno de Mauricio Macri «han condicionado» la vida diaria de los ciudadanos.
«Nosotros queremos que frenen, basta de aumentos en la Argentina porque los argentinos ya no podemos vivir», afirmó Morales, quien encabezó la manifestación en Buenos Aires acompañada de muchas familias procedentes de barrios obreros del área metropolitana de Buenos Aires y de asentamientos precarios, los conocidos como ‘villas miseria’ en el país austral.
La jornada de protestas se desarrolló en todas las provincias argentinas y en la ciudad de Buenos Aires los manifestantes se concentraron en el Obelisco y caminaron hacia la Secretaría de Energía, dependiente del Ministerio de Hacienda, aunque el vallado policial les impidió alcanzar sus puertas.
«Basta de tarifas impagables», «no al tarifazo» y «si pago la luz, no como» fueron algunas de las consignas que los asistentes reflejaron en sus pancartas.
«Claramente este Gobierno no ve la realidad de estos sectores y no les interesa el sector nuestro (…), es por ello que hoy hacemos una olla popular», recalcó Morales antes de que se sirvieran platos con guisos de carne con arroz y pasta, alimentos que configuran la mayoría del menú diario de familias con pocos ingresos, según la militante.
Argentina entró en crisis económica en un 2018 que culminó con un 47,6 % de inflación, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), una fuerte depreciación de la moneda local y la concesión de un rescate de 57.000 millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) al país suramericano.
En los últimos días del año pasado, el Ejecutivo anunció nuevos aumentos en las tarifas del transporte público que alcanzarán el 38 % del precio actual, así como incrementos máximos del 55 % en las facturas de la electricidad en la ciudad y provincia de Buenos Aires y del 35 % en el resto de la nación.
Otra miembro de Barrios de Pie, Paula Militello, procedente del municipio bonaerense de La Matanza, expresó su deseo de que «la gente se acuerde de todas estas cosas a la hora de votar» en las elecciones presidenciales de final de año.
«Nosotros, que no tenemos un salario mínimo básico, que no trabajamos en blanco, que no tenemos ni siquiera la canasta básica satisfecha, se nos hace imposible pagar la luz y el gas», añadió Militello.
Cerca de ella, en las primeras filas y junto a un cartel que reflejaba la imposibilidad de comer y pagar las tarifas que tienen muchas familias, una mujer llamada Lorena Cruz afirmó que su zona, Avellaneda, pasó de albergar 14 merenderos populares a 22, algo que atribuyó a la crisis.
«Esa es la realidad de muchas familias (…), teníamos un promedio de 40 niños y hoy no solamente son niños sino familias comiendo en los centro comunitarios», subrayó Cruz, quien atiende en varios de ellos.
Hace una semana, el centro de la capital ya vivió una marcha multitudinaria convocada por idénticos motivos por las dos facciones que conforman la Central de Trabajadores de Argentina, con la adhesión del sindicato de Camioneros y alrededor de 60 agrupaciones peronistas.
EFE