EL CAIRO.- A las cinco de la tarde la llamada al rezo musulmán comienza a sonar y se entremezcla con los ritmos del reguetón árabe en las falucas, las barcas egipcias más o menos modernas que al anochecer iluminan las aguas del río Nilo con sus parpadeante luces de colores.
Navegar por el río Nilo en faluca es una de las actividades imperdibles en El Cairo. Hay dos tipos de falucas, las más tradicionales que surcan el Nilo a vela y las de motor, que por la noche son lo más parecido a una discoteca flotante.
Pero estas salas de fiesta flotantes tienen códigos distintos para el pasajero egipcio y el turista foráneo.
«Para los extranjeros está permitido traer alcohol, pero para los egipcios no, yo no bebo», explica a Efe el egipcio Ali Mohammed Ali mientras navega en una de las diez falucas que tiene en su embarcadero.
Los encargados de estas embarcaciones muestran su satisfacción al ver que las mujeres turistas bailan en ellas y en algunas ocasiones hasta les piden fotografías, aunque ellos no permiten que sus esposas bailen delante de otros hombres.
Turistas y egipcios organizan sus propias fiestas a bordo de las falucas al ritmo de las canciones de reguetón árabe del momento, la denominada música shaaby (popular).
«Si es como una discoteca para que la gente escuche música (…) toda la gente baila, la música es como una publicidad para nosotros y solemos hacer que los turistas bailen», afirma Mohammed Ali.
Cuenta que en estos barcos suena todo tipo de música pero sobre todo se escuchan canciones árabes y «a los extranjeros les suelen gustar», asegura.
A sus 66 años, Mohamed Ali lleva toda su vida dedicándose a pasear a turistas y egipcios por el río más largo del mundo, una tradición familiar que inició su abuelo en los años 60.
El precio para alquilar una de estas embarcaciones oscila entre las 200 y 500 libras egipcias (entre 12 y 30 dólares) por hora, dependiendo de la zona, de si el propietario tiene licencia y de si los arredantarios son extranjeros o egipcios.
«Para los extranjeros el precio es diferente que para los egipcios, algunos pagan en dólares y otros en libras egipcias. Para los egipcios el precio es más bajo», afirma el patrón del barco.
En las falucas se suele ofrecer a los pasajeros agua mineral, té egipcio y vasos que van incluidos en el precio, cuenta.
El número de tripulantes varía según la longitud de la embarcación y además de bailar y organizar fiestas, los turistas disfrutan de las principales atracciones turísticas que hay en ambas orillas del río.
«Tengo empleados nubios que hablan inglés y le explican todo a los turistas», cuenta Mohammed Ali mientras indica con el dedo quiénes son los guías que explican a los turistas los rincones de la capital egipcia.
La egipcia Shenap Khattab menciona a Efe subida a bordo de una faluca que le gusta navegar por el Nilo y observar El Cairo desde otra perspectiva.
«La música es popular pero es buena, es una parte de nuestra tradición, coger un barco y ver la torre de El Cairo y otras atracciones turísticas», afirma.
El Cairo es una ciudad que no duerme, las discotecas flotantes navegan durante toda la noche y están activas los 365 días del año, de ellas dependen muchas familias egipicias.
«Trabajo todos los días, el embarcadero no cierra, es como la estación de Policía», dice riéndose Mohammed Ali, aunque a primera hora de la mañana no se ven apenas barcos en las aguas del Nilo, que empieza a animarse al anochecer.
EFE/Foto: ibisviajesegipto.blogspot.com