El crecimiento en América Latina y el Caribe repuntará entre 2018 y 2020, hasta un promedio del 2,6 %, un ritmo lastrado por la baja inversión e insuficiente para «satisfacer los deseos» de la creciente clase media, indicó el Banco Interamericano de Desarrollo.
Aunque «la buena noticia es que la mayoría de la región ha vuelto a crecer», el ritmo «no es lo suficientemente veloz para satisfacer los deseos de la creciente clase media», dijo a Efe José Juan Ruiz, Economista Jefe del BID, al dar a conocer el reporte en el marco de la asamblea anual del organismo que se celebra estos días en Mendoza (Argentina).
«El mayor desafío es aumentar los niveles y eficiencia de las inversiones para que la región se vuelva más productiva, crezca de manera más veloz y estable y resguarde a la región de shocks externos», resaltó.
Entre 2002 y 2014, la clase media de América Latina y el Caribe casi se duplicó y alcanzó a 186 millones de personas, en una de las grandes historias económicas exitosas de la pasada década.
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Ruiz explicó que ese «sustancial progreso» se dio con tasas superiores o de entorno al 3,5 %.
Por ello, este 2,6 % estimado para la región a corto plazo, tras encadenar dos años de recesión, tiene especial relevancia ya que será mucho más bajo que la de otras regiones en desarrollo, como el África subsahariana, Europa emergente y en desarrollo y Asia emergente.
«Este 2,6 % es un promedio, el crecimiento se irá acelerando de aproximadamente el 1,9 % en 2018 a niveles superiores al 3 %», matizó Ruiz.
El BID advirtió, no obstante, que dado que el crecimiento económico global se situará cerca del 3,8 % en los tres próximos años, América Latina y el Caribe perderá terreno en términos de su participación en el PIB global.
«Durante los últimos 50 años, gran parte de los índices de crecimiento de América Latina han provenido de su creciente fuerza de trabajo», afirmó Andrew Powell, coautor del informe.
Pero, apuntó Powell, «estas tendencias favorables se están revirtiendo a medida que envejece la población. La región debe invertir más y hacerlo eficientemente para impulsar el crecimiento».
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Asimismo, la expansión latinoamericana es desigual: se espera que el Cono Sur (excluyendo a Brasil) presente un índice de crecimiento de 2,9 % en 2018-2020, que México crezca al 2,7 % en ese trienio; y que Brasil lo haga un 2 %.
Excluyendo Venezuela, todos los países de la región tendrán un crecimiento positivo en 2018, y nueve de ellos crezcan a más del 3,5% anual, entre ellos la República Dominicana, Nicaragua, Panamá y Perú, que se prevé lo hagan al 4 % o más.
El reporte del BID alertó, además, sobre los posibles riesgos en el horizonte ya que «incluso estas proyecciones de crecimiento de referencia podrían frustrarse» ante escenarios adversos.
En concreto, subrayó una posible ralentización como consecuencia de unos tipos de interés mayores a lo esperado y un mayor ajuste de las políticas proteccionistas comerciales del gobierno del presidente Donald Trump.
Este impacto combinado podría quitarle un 0,3 % anual del escenario base para América Latina, a un 2,3% de crecimiento para 2018-2020, con mayor impacto en México y la región Andina.
La agenda proteccionista de Trump es uno de los temas de la reunión del BID, que amenaza con provocar una guerra comercial. Precisamente este viernes entraron en vigor los aranceles de Washington a las importaciones de acero y aluminio, de los que quedaron exentos Argentina, Australia, Brasil, Canadá, México, Corea del Sur y la Unión Europea (UE).
A la reunión anual de la institución financiera panamericana, que se prolongará hasta este domingo 25 de marzo, asisten centenares de líderes económicos y políticos de la región.
Este sábado, el presidente argentino, Mauricio Macri, ofrecerá el discurso de apertura de la sesión inaugural del banco multilateral, fundado en 1959.
EFE