TRÍPOLI.- Tras intensos combates, la alianza de tropas del gobierno de unidad nacional asestò otro golpe al Estado Islámico al desalojarlo de la estratégica ciudad portuaria de Sirte que se encontraba bajo control de los yihadistas desde junio de 2015.
En medio de una infernal balacera, las tropas gubernamentales rompieron el cerco del Estado Islámico y penetraron este sábado a través de las puertas este y oeste de la ciudad de Sirte, cuyo puerto lograron liberar, en un duro golpe para el grupo extremista.
Desde el pasado 4 de mayo, la alianza gubernamental de milicias bajo el mando del Gobierno de unidad se preparaba para asaltar Sirte, en poder de las fuerzas afines a la filial del Estado Islámico.
La última fase de la ofensiva comenzó en la tarde del viernes, con un asalto a las instalaciones portuarias, que las tropas de la alianza lograron conquistar al ocaso, aunque las escaramuzas se sucedieron toda la noche.
Desde esa posición, situada a unos cinco kilómetros del centro urbano, unidades de infantería lograron progresar durante la noche hasta conquistar dos importantes posiciones: la isla de Abu Hadi, en la puerta este de la ciudad, y la Al Zafran, en el oeste.
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En su avance, las tropas terrestres -en su mayoría procedentes de la vecina ciudad de Misrata- contaron con el apoyo de aviones de combate MIG y helicópteros artillados, que bombardearon distintas posiciones yihadistas.
En el frente este, y sin coordinación con el resto de fuerzas, también se preparaba el Ejército regular libio afín al Parlamento en Tobruk que dirige el general Jalifa Hafter, exmiembro de la cúpula golpista que llevó al poder al fallecido dictador Muamar al Gadafi.
El martes, fuentes médicas del hospital de la ciudad de Misrata, situada al oeste de Sirte, informaron a la agencia EFE de que al menos un centenar de soldados de la alianza han muerto tras un mes de ofensivas.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional apoyó el alzamiento rebelde y contribuyó militarmente a la caída del régimen de Gadafi.
En la actualidad tiene tres gobiernos: uno en Trípoli, que la ONU considera rebelde; otro en Tobruk, que reconocen numerosos países, y un tercero, llamado de unidad nacional, que ninguno de los otros dos reconoce y al que apoyan la ONU y la Unión Europea (UE).
Del conflicto sacaron provecho los grupos yihadistas, y en especial la rama libia del EI, que en apenas un año avanzó desde su bastión en Derna, en el oeste de Libia, hasta las ciudades de Bengasi, la segunda en importancia del país, y la propia Sirte. (ECHA- Agencias)