NACIONES UNIDAS.- La líder opositora bielorrusa Svetlana Tijanovskaya reclamó este viernes ante el Consejo de Seguridad de la ONU el uso de todos los mecanismos, incluidas sanciones, para acabar con la violencia y las violaciones de los derechos humanos del Gobierno de Alexandr Lukashenko.
“El pueblo bielorruso necesita la ayuda de Naciones Unidas”, defendió Tijanóvskaya en una intervención por videoconferencia durante una reunión informal del Consejo impulsada por Estonia.
La opositora, exiliada en Lituania, pidió a la comunidad internacional el uso de “todos los mecanismos para detener la violencia, incluidas sanciones a los individuos que cometieron violaciones electorales y crímenes contra la humanidad”.
Además, llamó a la ONU a “condenar el uso excesivo de la fuerza” contra los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad y a convocar una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos para discutir la crisis en el país, que estalló tras las elecciones de agosto, consideradas fraudulentas por la oposición.
También reclamó el envío inmediato de observadores internacionales para que documenten la situación sobre el terreno.
“Quiero dejarlo muy claro. La colaboración con el régimen del señor Lukashenko en este momento significa apoyo a la violencia y la violación descarada de los derechos humanos”, insistió.
Al mismo tiempo, Tijanóvskaya aseguró que la oposición está dispuesta a entablar un diálogo con todas las partes y países que respeten la soberanía y la integridad territorial de Bielorrusia.
La situación en el país no figura en la agenda oficial del Consejo de Seguridad, pero se abordó este viernes en un formato informal, en un movimiento que fue muy criticado por Rusia.
El embajador adjunto ruso ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, aseguró que nadie niega que algunas de las intervenciones policiales contra los manifestantes en Bielorrusia han sido inapropiadas, pero subrayó que es una situación que se está investigando y se da en multitud de países sin suponer ninguna amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
Polyanskiy se preguntó en ese sentido si las potencias occidentales están dispuestas a que el Consejo de Seguridad discuta las movilizaciones de los chalecos amarillos en Francia o del movimiento “Black Lives Matter” en Estados Unidos, en las que también se han producido choques violentos.
El diplomático ruso denunció que lo que se está viendo con Bielorrusia es una “interferencia descarada de poderes extranjeros”, con el objetivo de un “cambio de régimen”.
En la cita participaron ministros de Exteriores de varios países del este y el norte de Europa, que junto a representantes de las potencias occidentales denunciaron los supuestos abusos contra la oposición y los manifestantes por parte de Lukashenko.
Tanto EE.UU. como la Unión Europea y varios países vecinos de Bielorrusia han rechazado la reciente victoria electoral de Lukashenko y han condenado la represión policial, al tiempo que han exhortado a Minsk a entablar un diálogo con la oposición.
La oposición bielorrusa, que niega estar detrás de las protestas, que considera espontáneas, demanda el fin de la represión, la liberación de los presos políticos y la repetición de las elecciones presidenciales, y, además, ha llamado a la comunidad internacional a reconocer como legítima presidenta a Tijanóvskaya. EFE