Desde el año pasado, cada 20 de mayo la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) celebra el Día del Portero, en homenaje a Iker Casillas, ya que es la fecha de su cumpleaños.
Cada aficionado guarda en su retina, entre otras muchas, aquella atajada, esa intervención con la que vibró, como cuando «San Íker» despejó con la pierna esa pelota del holandés Arjen Robben en la final del Mundial de Sudáfrica 2010.
Para Dino Zoff el mejor portero de la historia fue José Ángel Iríbar «El Chopo», Casillas es el guardameta europeo más laureado y el joven Kepa Arrizabalaga es el cancerbero más caro del mundo. Lezama es el referente de la cantera bajo palos y dos terceras partes de los arqueros titulares de la Liga Santander son españoles.
Cada aficionado guarda en su retina, entre otras muchas, aquella atajada, esa intervención con la que vibró, como cuando «San Íker» despejó con la pierna esa pelota del holandés Arjen Robben en la final del Mundial de Sudáfrica 2010.
Miguel Ángel González, que ocupó la portería del Real Madrid de 1968 a 1986, asegura a EFE que la mejor atajada que regaló a los aficionados fue contra Austria en el Mundial de Argentina del 78.
Fue uno de esos escorzos acrobáticos para bloquear el esférico que le valieron el apodo de «El Gato».
El que fuera entrenador de porteros con el Real Madrid hasta su jubilación recuerda que sucedió a Iríbar en la selección española y asegura con rotundidad: «siempre he reconocido que José Ángel era, para mí, mi maestro.
«La persona que sin decirme nada era capaz de ver lo que era positivo y negativo en un portero; siempre he intentado hacer las cosas como él las hacía», explica Miguel Ángel, que compartió vestuario con «El Chopo» en el combinado español.
El colchonero Abel Resino confiesa a EFE que sus referentes bajo palos pasan por la sobriedad de Iríbar, «un portero sin aspavientos», y la agilidad de Miguel Ángel.
Otros como Juan Carlos Ablanedo analiza para EFE cómo ha evolucionado el estilo de atajar: «en el uno contra uno, ahora tienden más a esperar la acción del rival y en mi época éramos más de tratar de anticiparnos».
Iríbar y Lezama
Pero si hay un club, un equipo que idolatra a sus guardametas es el Athletic Club. En Bilbao, la figura del portero son palabras mayores. No en vano, uno de ellos fue el mítico José Ángel Iríbar «El Chopo«. Es difícil encontrar a alguien que le haya visto que no le califique como el mejor.
Un meta sobrio y que casó como un guante en un club que si algo pide es entrega e identificación. Y él la demostró desoyendo ofertas como la que le hizo el Madrid: «le dije al presi: «ni lo muevas, yo estoy fenomenal aquí y me gustaría terminar aquí. Creí que lo sabías», relataba Iribar en una entrevista a EFE con motivo de su 75 cumpleaños.
No fue la única oferta orillada por el internacional de Zarautz, que antes de firmar por el equipo bilbaíno desoyó otras de Valencia, Atlético de Madrid y Barcelona: «yo quería jugar en el Athletic». Y lo hizo hasta los 37 años.
Pero Iríbar no es sino consecuencia de la estirpe de grandes porteros del Athletic, que completó seis décadas con apenas cinco guardametas, todos internacionales: Gregorio Blasco (1927-1936), Raimundo Pérez Lezama (1941-1951), Carmelo Cedrún (1951-1963), Iríbar (1963-1980) y Andoni Zubizarreta (1981-1986).
A esta lista esperaba la afición bilbaína que se sumase Kepa Arrizabalaga (1994), quizás el mayor exponente de la prodigiosa generación de los 90 criada en Lezama, que tiene en el de Ondarroa el portero más caro de la historia del fútbol con los 80 millones de euros que pagó el Chelsea por él.
Un ‘nuevo Iríbar’ que ahora San Mamés sueña que sea Unai Simón (1997), el último de un terceto de metas de gran proyección salido últimamente de la cantera bilbaína que completa Alex Remiro (1995), ahora en la Real Sociedad. Un poco antes salió Aitor Fernández (1991), revelación de esta temporada en el Levante.
Arconada: la marca de Zubieta
Si Lezama es pasado, presente y futuro como una de las escuelas de porteros más relevantes del mundo, Luis Miguel Arconada es aún el espejo en el que se miran las jóvenes promesas donostiarras de Zubieta.
«No pasa nada, tenemos a Arconada», una frase con la que vibraron el aficionado txuri urdin en el extinto Atocha y los seguidores de la selección española, ya que es el tercer portero que más veces ha vestido la camiseta nacional.
Debutó con la selección española ante Hungría en un encuentro que también disputaron Ángel María Villar y Vicente del Bosque y marcó una época con España entre 1977 y 1985.
551 partidos oficiales con la Real Sociedad, 68 con España, atajadas imposibles y aquel penal que detuvo el 27 de junio de 1987 en La Romareda, ya con 33 años, para ganar la final de la Copa del Rey al Atlético de Madrid, último título oficial cosechado por los donostiarras.
San Íker
Iker Casillas es sinónimo de títulos internacionales, tanto con el Real Madrid como con la selección española.
Protagonista de la época dorada del fútbol español (2 Eurocopas y 1 Mundial consecutivos) y estandarte de un Real Madrid dominador en Europa con el que ganó tres Champions.
Con seis ligas en su haber -cinco con el Real Madrid y una con el Oporto- Casillas tuvo que dejar el fútbol de forma precipitada en marzo del año pasado al sufrir un infarto de miocardio.
Ha sido incluido hasta en cinco ocasiones en el Once Mundial FIFA y fue elegido otras cinco veces mejor portero del mundo.
Su trayectoria deportiva también ha sido reconocida con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid y la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Dani Mallo, exportero del Deportivo de la Coruña que conoce a Iker desde bien pequeño tras coincidir con él en las categorías inferiores de la selección española, confiesa a EFE que Iker ya mostraba maneras en «la rojita» para ser uno de los grandes de la historia del fútbol.
«Ya apuntaba aquello por lo que más ha destacado, su capacidad para llegar a sitios imposibles gracias a su potencia (…), era sorprendente, ya de muy joven», manifestó.
Trofeo Zamora
A nivel individual, el trofeo más preciado para los españoles es ser el Zamora de la temporada, premio que el campeonato nacional otorgar al portero menos goleado, que debe su nombre al guardameta Ricardo Zamora.
Un portero que conoció en 1928 al servicio del Español los comienzos de lo que hoy es la Liga española y que en 1930 se convirtió en uno de los fichajes más caros del Real Madrid, ya que desembolsó por «el divino» 150,000 pesetas (900 euros) y le puso un sueldo de 3,000 pesetas (18 euros) mensuales.
El último español en ganarlo fue el portero del FC Barcelona Víctor Valdés (2011-2012), y junto con Antoni Ramallets -que también militó en el Barza y entrenó al Valladolid, Zaragoza, Murcia, Logroñés o Hércules- son los cancerberos que más veces lo han conseguido, hasta en 5 ocasiones.
Juan Acuña – portero del Depor en los años 40- y Santiago Cañizares tienen 4 zamoras, mientras que el propio Ricardo Zamora o Luis Miguel Arconada se hicieron con el título en tres temporadas.
Hasta 46 porteros españoles han logrado en la historia de la Liga Santander el galardón de mayor prestigio para un portero en el fútbol español.
Agustín, García Remón, Urruti, Toni, Paco Buyo, Miguel Reina y un largo etcétera conforman una lista en el Trofeo Zamora que evidencia el prestigio de España a la hora de «fabricar» porteros.
Mientras tanto, el presente y el futuro bajo palos también está asegurado con arqueros como Pau López (Roma), De Gea (Manchester United), Kepa (Chelsea) o el propio Unai Simón (Athletic), que pugnarán por un puesto en la próximo lista de Luis Enrique.
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