Lima y Callao: ¿Por qué los taxis no usan taxímetros? Cinco razones que lo explican

shadow

 

La ausencia de taxímetros en los taxis en Lima y Callao representa un fenómeno histórico y multifactorial, vinculado con problemas de regulación, informalidad y resistencia al cambio.

La falta de taxímetros contribuye a la inseguridad vial y financiera: El 23.6% de los taxis informales carece de seguro obligatorio, y los usuarios enfrentan riesgos de sobreprecios o robos, según recientes estudios.

Aquí algunas razones que explican este hecho:

  1. Falta de regulación estatal y tradición de negociación

En Perú, las tarifas de taxi no están reguladas por el Estado, lo que permite que conductores y pasajeros acuerden precios de manera informal. Esta práctica se ha normalizado desde hace décadas, especialmente en taxis no afiliados a empresas formales. A diferencia de otras ciudades donde los taxímetros son obligatorios, en Lima predomina un sistema basado en la negociación previa al viaje, lo que genera desconfianza y posibles abusos.

  1. Intentos fallidos de implementación histórica

Desde 1916, autoridades peruanas intentaron introducir taxímetros para combatir abusos de conductores, pero enfrentaron resistencia de los taxistas y falta de apoyo institucional. Por ejemplo, en 1928, el Concejo Provincial de Lima instaló taxímetros en dos autos Ford, pero el proyecto no escaló debido a conflictos por las tarifas y la oposición de los choferes. En 2015, la Municipalidad de Lima propuso un plan para instalar taxímetros en 89,811 vehículos, pero este se estancó por la falta de normativas técnicas y coordinación con el Callao.

«La Marquise»: el automóvil más antiguo que áun circula en el mundo se fabricó en 1884

3.- Dominio del transporte informal 

Más del 60% de los taxis en Lima operan de manera informal, según datos de Transitemos. Estos vehículos evaden regulaciones y compiten con tarifas más bajas, lo que desincentiva la inversión en tecnología como taxímetros. Además, los usuarios suelen preferir opciones informales para evitar costos adicionales por tiempos de espera en el tráfico, un problema crónico en la ciudad.

  1. Desafíos institucionales y corrupción

La implementación de taxímetros requiere coordinación entre municipios, estándares técnicos y fiscalización. Sin embargo, la fragmentación de competencias (por ejemplo, entre Lima y el Callao) y la falta de voluntad política han impedido avances. Además, existe un círculo vicioso: sin un transporte público eficiente, los limeños dependen de taxis informales, lo que perpetúa la informalidad.

5.- Alternativas modernas y resistencia al cambio

Aunque aplicativos como Uber, Beat o InDriver han introducido tarifas digitales, estos no dependen de taxímetros físicos. Por otro lado, muchos conductores tradicionales se resisten a adoptar dispositivos que reduzcan su margen de ganancia o expongan prácticas informales.

Consecuencias y panorama actual

Aunque en 2025 se mencionan proyectos para modernizar el transporte, como la Línea 2 del Metro, aún no hay avances concretos en la formalización de taxis. Mientras tanto, la negociación previa al viaje sigue siendo la norma, perpetuando un sistema caótico pero arraigado en la cultura limeña.

La combinación de historia, informalidad y falta de políticas integradas explica por qué Lima aún no adopta taxímetros de manera generalizada.

Foto Andina 

 

1050460
V: | 119