Con las luces y sombras de toda estrella. Liza Minnelli, icono del teatro musical, cumple hoy 70 años tan llenos de éxitos profesionales como de caídas emocionales, una montaña rusa que la ha convertido en una superviviente del «showbusiness» pese a que su nacimiento entre bambalinas pronosticaba un camino de rosas.
Hija de Vincent Minnelli y Judy Garland, todo el mundo conserva en la retina su imagen en la película «Cabaret» (1972), cuando encandiló al público con su potente voz y una presencia en escena capaz de transmitir tanto fuerza como vulnerabilidad. Liza May Minnelli se crió entre los decorados de los estudios de la Metro Goldwyn Mayer (debutó en el cine a los 14 meses con «In the Good Old Summertime», 1949) y sus padres, casi siempre atareados con proyectos, se divorciaron cuando tenía 5 años.
Su pasión por la música la llevó a debutar en clubes nocturnos y no tardó en llamar la atención de Capitol Records, con quien grabó sus primeros discos. Era el primer paso en una carrera llena de éxitos como temas como «He’s Funny That Way», «My Own Best Friend» o «I’ll Be Seeing You». La neoyorquina de adopción y californiana de nacimiento tiene en su haber el Óscar por «Cabaret» (1972), el Emmy por «Liza with a Z: A Concert for Television» (1973), dos Globos de Oro por «Cabaret» y «A Time to Live (1985), el Grammy leyenda (1990) y cuatro Tony, el último por «Liza’s at the Palace» (2009).
La artista, que tiene la prominente nariz de Vincent Minnelli, ha conservado durante los últimos cincuenta años prácticamente inalterable su aspecto, potenciando sus piernas de artista musical y unos ojos saltones que ya nadie reconocería sin el rímel y las pestañas postizas. De su padre también heredó su potente e inconfundible voz. Fue la primera intérprete de «New York, New York», la canción escrita para ella por Fred Ebb y John Kander para la película de Martin Scorsese del mismo nombre, de la que casi solo se recuerda su música. El destino querría sin embargo que el tema sólo alcanzara el cénit de popularidad cuando la versionó Frank Sinatra.
La herencia materna fue más complicada. La muerte de su madre, en 1969, cuando Liza tenía 23 años, le hizo caer en una espiral de abuso de drogas y alcohol que se prolongó en el tiempo y la llevó a pasar en multitud de ocasiones por clínicas de rehabilitación. La última en marzo de 2015. Ella siempre achacó sus adicciones a una enfermedad genética que compartían las dos ramas de su familia (si bien su padre no la sufrió), aunque no dudó en admitir que era su «responsabilidad» controlar esa situación, que acabó con ingresos en clínicas de desintoxicación y asiduas visitas a Alcohólicos Anónimos.
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Además se ha sometido a dos reemplazos de cadera, varias operaciones en las rodillas, cirugía en las cuerdas vocales y un cáncer de mama que la ha llevado a dos intervenciones. En estos momentos, sin embargo, la artista «se encuentra totalmente recuperada», explicó su hombre de confianza, Scott Gorenstein, que apuntó que Minnelli no tiene ahora proyectos entre manos porque «quiere tomarse un tiempo de descanso». Sus últimos trabajos fueron una colaboración que fue lo mejor de la segunda película de «Sex in the City» (2010) y poco más tarde en la serie «Arrested Development». También publicó en 2010 «Confession», su primer álbum de estudio en casi 15 años. La última vez que apareció en público fue en 2014 en el homenaje de los premios Oscar a su madre, Judy Garland.
Como la salud, el amor tampoco se ha portado bien con ella. Se casó en cuatro ocasiones y todas ellas acabaron en divorcio. Primero con el cantante australiano Peter Allen (1967-1974), después con el productor y director Jack Haley Jr. (1974-1979), posteriormente con el escultor Mark Gero (1979-1992) y finalmente con el promotor de conciertos David Gest (2002-2007).
Los seguidores de Liza en Nueva York celebrarán su cumpleaños este sábado de la mano de la joven estrella del cabaret en Broadway Seth Kikes en el club Feinstein’s/54 Below, el conocido durante gran parte de su historia como Estudio 54, y uno de los sitios que más frecuenta la cantante en la Gran Manzana. Kikes, que ofrecerá una actuación con el repertorio más conocido de la artista, un concierto para el que las entradas llevan dos meses agotadas, explicó que Minnelli «es el último reducto de una generación de artistas que ya no ha vuelto a repetirse».
Mientras sus fans corean sus canciones en el club neoyorquino, Liza celebrará su cumpleaños «en privado, con amigos y familia», dijo su representante. «Me gusta pensar en la celebración del cumpleaños como en la celebración de mi milenio», dijo hace unos días Liza Minnelli a través de la cuenta de Twitter de Gorenstein.
EFE