BUENOS AIRES.- El avión de Aerolíneas Argentinas que partió el martes hacia Moscú para cargar la primera partida de la vacuna Sputnik-V contra la covid-19 arribó este jueves a Buenos Aires y se acelera el proceso por el que el Gobierno busca empezar a aplicar a la población antes de que termine el año.
El avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, poco antes de a las 10.30 hora local (13.30 GMT), tras regresar de Rusia, donde el miércoles cargó las primeras 300.000 dosis de la vacuna, que serán aplicadas en los próximos días a personal de salud de riesgo.
En una reunión del Comité de Vacunación celebrada ayer y encabezada por el presidente argentino, Alberto Fernández, se definió la logística para distribuir y aplicar las vacunas, desde la llegada hoy hasta el traslado a los centros de distribución de cada provincia y posteriormente a los centros de salud indicados.
Hasta el momento, las autoridades argentinas ya han autorizado el uso en el país tanto de la vacuna rusa -la primera en aplicarse, con la previsión de aplicarla a unos 10 millones de personas hasta febrero- y la de la estadounidense Pfizer, aunque en este caso el Gobierno aún no llegó a un acuerdo para su adquisición.
El contrato para adquirir la Sputnik V, suscrito con el Fondo Soberano de Rusia, es el tercero que firma Argentina: el primero fue con la británica AstraZeneca y la Universidad de Oxford -vacuna que se aplicaría a partir de marzo-; y el segundo con la alianza internacional Covax, que depende de Naciones Unidas.
Según se informó de forma oficial, las etapas de vacunación en Argentina -que hasta el momento acumula 1,56 millones de contagiados por el virus, de los que 1,38 millones ya fueron dados de alta, así como 42.314 fallecidos por la enfermedad- se organizarán según riesgo de enfermedad grave y por exposición.
Es por eso que comenzará por personal de salud -escalonamiento en función de la estratificación de riesgo de la actividad-, y luego por etapas: primero los adultos de más de 70 años, luego de 60 a 69 años, personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad, adultos de 18 a 59 años de grupos en riesgo, personal docente y no docente y otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis.
En total, el Ejecutivo argentino prevé aportar más de 51 millones de dosis, que implicará el trabajo de 116.000 integrantes de los equipos de vacunación, entre vacunadores y personal de apoyo, y 7.749 establecimientos de salud acondicionados para vacunar, además de 10.000 voluntarios. EFE
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