Caiga quien Caiga: Se estrena historia de la década más oscura

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La década más oscura de la historia peruana reciente y su notorio protagonista, Vladimiro Montesinos, mano derecha del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), y líder de la mayor red de corrupción del país, llega este 23 de agosto a la gran pantalla con la ya polémica película «Caiga quien caiga».

Los protagonistas de esta época, algunos de ellos como Montesinos, hoy en prisión, han vuelto a aparecer en la esfera pública, representados en el filme del director Eduardo Guillot que, basado en el libro homónimo del exprocurador anticorrupción José Ugaz, cuenta el proceso judicial y la captura, en junio de 2001, de Montesinos y la revelación de su masiva red de corrupción.

Montesinos, desde el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) que él convirtió en su centro de operaciones, negociaba prebendas y favores con empresarios, políticos y líderes de opinión para entre otras cosas apoyar la ilegal reelección de Fujimori, a cambio de grandes sumas de dinero público.

Todas estas operaciones de corrupción se hicieron bajo la grabación incesante de cámaras ocultas, y cuando se difundió su contenido, los denominados «Vladivideos», se dio inicio al fin de la era de Fujimori y Montesinos al frente del país.

Como señaló Guillot a Efe, el filme tiene tanto «elementos de ficción» como «históricos», que han tocado las fibras de sus protagonistas.

Particularmente ha sido el caso de la aparición en la película de una animadora de televisión que, en su programa, halaga la gestión de Fujimori y de su asesor Montesinos, y que recuerda la figura de Laura Bozzo, la popular presentadora que en su momento cumplió arresto domiciliario en un estudio de televisión, acusada de recibir tres millones de dólares de Montesinos.

La semana pasada, Bozzo, quien ya envió una carta notarial a Guillot para pedirle que no estrenara su película, adelantó que presentará una querella contra la producción por el supuesto uso indebido de la frase «¡Que pase el desgraciado!» sobre la que la conductora afirma tener derechos registrados.

La conocida exclamación, sin embargo, no aparece de manera exacta en los cien minutos que dura el filme.

La cinta, además de incomodar a Bozzo, también ha sido rechazada por el mismo Montesinos, apodado popularmente como ‘El Doc’ de doctor, quien señaló en una carta notarial que el filme perjudicaba «su nombre y su buena imagen».

Ambos escritos, ya contestados por la producción, han sido tomados por Guillot como un hecho curioso, e incluso, como señaló el exprocurador Ugaz en la conferencia de prensa de lanzamiento del filme, como «una forma indirecta de marketing».

Montesinos cumple sentencia por una serie de condenas que van desde las violaciones a los derechos humanos a la corrupción de funcionarios, usurpación de funciones, lavado de activos, conspiración y tráfico de armas, entre otros delitos.

El filme también sacude la memoria con los personajes cercanos al ‘Doc’ como su asistenta de confianza Matilde Pinchi Pinchi, quien lo traicionó al desvelar el primer ‘Vladivideo’, y los militares Nicolás Hermoza Ríos y Roberto Huamán, ya procesados por la Justicia.

Por ello, para Guillot, la película brinda a los peruanos «un caso importante para la memoria», que espera «vean los más jóvenes», en un contexto en el que «la corrupción es un tema latente».

Y es que, tras el éxito en Latinoamérica de series como «Narcos», que narran las historias del narcotráfico y la corrupción en Sudamérica, ahora «Caiga quien caiga» se suma a las ficciones de la región que pone el foco en los manejos oscuros.

«América Latina tiene grandes temas de corrupción. En países como Argentina se ha notado, y en nuestro país también», señaló el director, antes de destacar que lo positivo de su ficción es que muestra que «si hay voluntad, se puede acabar con la corrupción».

A la década de corrupción de Fujimori y Montesinos se suma ahora el caso Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción en la historia de Latinoamérica, que en Perú involucra a su casi toda su clase política por los sobornos pagados para adjudicarse millonarios contratos en obras públicas entre 2005 y 2014 y las donaciones irregulares para financiar las campañas electorales.

A ello devino en estos días el descubrimiento de una gran red de corrupción en las altas esferas de la judicatura peruana que debía investigar y juzgar a los políticos corruptos.

Por ello, aunque quedan muchos casos sobre corrupción que llevar a la gran pantalla, Guillot no piensa en esas próximas historias y se enfoca en que el 23 de agosto su película sea «bien recibida» por el público y la crítica, en tanto que ya sabe que no lo ha sido por sus protagonistas. EFE

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