LONDRES/Reino Unido.- El gobierno británico afirmó hoy que los partidos norirlandeses están aún a tiempo de formar un Ejecutivo de poder compartido, antes que Londres tome las riendas de la economía de la provincia a final de este mes.
El ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire, comunicó hoy al Parlamento de Westminister su intención de presentar dentro de cuatro semanas un presupuesto general porque las arcas de la región se están quedando sin dinero, ante la parálisis política de los últimos diez meses.
Aunque el Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante y socio del gobierno británico, y el Sinn Fein, principal entre la católica, concluyeron sin éxito una ronda de conversaciones este lunes, Brokenshire afirmó que solo les separan ahora un «número pequeño de asuntos».
El dirigente conservador efectuó esas declaraciones después de que los primeros ministros del Reino Unido e Irlanda, Theresa May y Leo Varadkar, respectivamente, hablaran ayer por teléfono y coincidieran en que las formaciones norirlandesas pueden lograr un pacto de gobernabilidad.
Según un portavoz de Downing Street, ambos líderes conservadores sostienen que «nadie desea» la introducción de un «gobierno directo» en la región, como sucedió antes de la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), el texto que puso fin al conflicto norirlandés y sentó la bases de su autonomía de poder compartido entre protestantes y católicos.
«El deseo ferviente del gobierno es que un Ejecutivo restaurado en Irlanda del Norte aplique su propio presupuesto. Por eso, esta decisión la tomo con la mayor de las reticencias y solo porque no hay otra opción», dijo hoy Brokenshire.
El ministro reiteró que dará marcha atrás en sus planes para elaborar desde Londres un presupuesto general si DUP y Sinn Fein «demuestran» que pueden gobernar juntos «en el futuro inmediato».
Brokenshire explicó que los partidos mantienen diferencias sobre el asunto de la lengua gaélica, pues los nacionalistas quieren que se redacte una ley específica para protegerla, mientras que el DUP prefiere incluir este asunto en una legislación cultural más general, que contemple también aspectos relacionados con la identidad unionista.
Las dos formaciones también discrepan respecto al legado del pasado conflicto y los mecanismos para asistir a las víctimas e investigar los crímenes cometidos tanto por los paramilitares como por las fuerzas de seguridad durante ese periodo.
El Ejecutivo de Belfast cayó el pasado enero cuando el histórico dirigente del Sinn Fein Martin McGuinness, ya fallecido, dimitió de su puesto de adjunto de la exministra principal y líder del DUP, Arlene Foster, por un caso de corrupción en la política de energías renovables detectado en la anterior legislatura.
El Gobierno británico se vio obligado a convocar comicios en marzo, pero los partidos no han sido capaces de acercar sus posiciones desde entonces.
EFE/Foto: belfasttelegraph.co.uk