LONDRES.- El gobierno británico presentará al Parlamento antes del día 22 su plan para resolver los problemas sobre el protocolo norirlandés, afirmó este jueves el responsable de las negociaciones con la Unión Europea, David Frost, y aseguró que «todas las opciones están sobre la mesa».
El protocolo sobre Irlanda del Norte fue acordado entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) como parte del Brexit, para evitar una frontera física entre esa provincia y la República de Irlanda, a fin de proteger el proceso de paz firmado en Belfast en 1998.
Sin embargo, el Reino Unido argumenta que los controles aduaneros que se pactaron tras el Brexit -para mantener a Irlanda del Norte dentro del mercado único- generan fricciones en su mercado interno, como los formularios burocráticos que hay que completar, y dificultan la llegada de mercancías al consumidor norirlandés.
En un coloquio virtual organizado este jueves por el grupo de pensamiento Policy Exchange, Frost, cuyo cargo es del de secretario de Estado del Gabinete, dijo que el Gobierno presentará a los diputados antes del receso parlamentario de verano que empieza el 22 de julio su posición de cara a las conversaciones con Bruselas durante este verano y la entrada de otoño.
«Teniendo en cuenta todo por lo que hemos pasado en los últimos años estamos seguros de que hay formas de encontrar un nuevo equilibrio y los necesarios ajustes», agregó Frost, negociador de las maratonianas reuniones del Brexit en los últimos años.
«Pero obviamente, para nosotros, todas las opciones están sobre la mesa. Estamos considerando nuestros próximos pasos (…) y hoy puedo decir que vamos a exponer nuestra posición al Parlamento (…) antes del receso del verano», agregó.
En virtud de ese protocolo, la frontera comercial está situada en el mar de Irlanda al haber quedado Irlanda del Norte en el mercado único, por lo que los controles aduaneros para las mercancías procedentes de Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales) se hacen en los puertos norirlandeses, lo que ha provocado el fuerte malestar de la comunidad unionista pro-británica.
Ante las tensiones, el Reino Unido ha pospuesto de manera unilateral hasta octubre algunos de los controles aduaneros que había acordado llevar a cabo entre Irlanda del Norte y la isla de Gran Bretaña, motivo por el cual la Comisión Europea (CE) ha puesto en marcha un procedimiento de infracción contra el país que puede terminar ante el Tribunal de Justicia de la UE.
LONDRES QUIERE LIBRE FLUJO DE MERCANCÍAS
«Tenemos que llegar a un punto en el que las mercancías puedan fluir libremente» hacia la provincia, subrayó Frost, que, no obstante, reconoció la necesidad que tiene la UE de proteger su mercado único.
Frost se mostró a favor de trabajar para mantener una relación «constructiva» y «productiva» con la UE, pero no se podrá llegar a ella -recalcó- a menos que «resolvamos este problema».
«Así que realmente tenemos que hacer un gran esfuerzo para resolver esto este verano y en el otoño porque es fundamental tener bien este vínculo» entre las dos partes, insistió.
Además, en el mismo coloquio, el ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, admitió las dificultades que tienen las empresas británicas para hacer llegar sus productos a la provincia.
«Sus negocios se ven afectados porque no pueden llevar más productos a Irlanda del Norte y, obviamente, los consumidores en Irlanda del Norte se ven afectados», subrayó.
Para Frost, la implementación del protocolo debe hacerse de una manera «pragmática» y «flexible».
La semana pasada, no obstante, el Reino Unido y la UE acordaron prolongar tres meses más, hasta el 30 de septiembre, el periodo de gracia en el que no se aplican los controles fronterizos en Irlanda del Norte a los productos cárnicos refrigerados procedentes de Gran Bretaña. EFE