El triunfo ante Ecuador ha movido el ambiente reviviendo retazos de una gloria que parecía en extinción pero con saborizantes a un logro que ha llegado bien aunque mirando la tabla el reflejo de la penúltima ubicación ataja la avalancha de animosidad creada por el 2-1 a los ecuatorianos.
Digamos que la alegría podrá ser duradera solamente un mes cuando enfrentemos a Argentina. Una victoria ante el equipo de Lionel Messi no cambiará nada. La clasificación mundialista seguirá siendo lejana.
Mientras esa sicosis colectiva de animosidad se alargue hasta octubre tengamos a bien destacar el trabajo de Ricardo Gareca en todos estos los meses al frente de la selección peruana.
El funcionamiento del equipo sigue siendo el faltante en este proceso en que hemos sonreído con la actuación peruana en la Copa América de Chile y algo más en la Copa América Centenario.
Ricardo Gareca tiene otro mérito que no podemos dejar pasar por alto y se debe, de hecho, a su buena pupila para poner en vidriera a jugadores que han destacado.
Es el caso de Renato Tapia el jugador de mayor consistencia y rendimiento reforzado con el gol anotado a Ecuador en el 2-1 cuando más se necesitaba de alguien que tuviera la osadía de ser distinto.
Otro acierto del argentino es su insistencia para colocar a Joshimar Yotún en el mediocampo. El rendimiento del exjugador de Sporting Cristal se ha hecho consistente.
Yotún es el que pone orden y tiene mucho tránsito para copar espacios. Su labor de construcción es tan eficaz para restarles claridad a los pensantes del lado contrario.
Christian Cueva fue observado por Gareca quien supo desde un comienzo que era el futbolista que encajaba en su idea de armar el equipo. Cueva sintió el respaldo y respondió con fútbol y goles el apapucho del ‘Tigre’.
Otro que le debe mucho a Gareca es el jugador de Universitario Miguel Trauco. El joven lateral se ganó el puesto y nadie se le podrá quitar ese lugar que Juan Manuel Vargas tuvo en su poder muchos años.
Se le critica a Ricardo Gareca no tener un once base, pero hay jugadores que no ha movido y mantiene como es el caso del arquero Pedro Gallese que ha estado en todos los partidos excepto un partido en la Copa América Centenario.
Gareca al menos si no logra su propósito dejará un buen manojo se jugadores jóvenes para el futuro y de ese modo el recambio generacional podrá ser satisfactorio.
Sería redondo todo este hallazgo si apareciera un jugador distinto como César Cueto. ¿Sería mucho pedir?
Hugo Laredo Medina