MADRID.- Los partidos españoles marcaron posición este viernes, primer día de la campaña electoral, sobre posibles acuerdos de gobernabilidad tras los comicios del 10 de noviembre, pero que no pasan en ningún caso, según los socialistas, por una «gran coalición» entre ellos y el conservador Partido Popular.
A poco más de una semana de las elecciones, los candidatos multiplican las cábalas y los llamamientos contra la abstención, que subirá probablemente, y al voto útil, unos para poder gobernar, otros para impedirlo y otros para influir en el nuevo ejecutivo.
Según avanzan la mayoría de los sondeos, ese posible acuerdo poselectoral entre los dos grandes fuerzas políticas del país podría desbloquear la situación política que vive España, que ha obligado a una repetición electoral después de los comicios del 28 de abril pasado.
Pero el candidato socialista a presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, quiso tranquilizar hoy al electorado de izquierdas al asegurar que los votantes progresistas no tienen que tener ningún temor. «No vamos a hacer ninguna gran coalición con el PP», subrayó en un acto electoral en la ciudad de Vitoria (norte).
Consideró que el «bloqueo» político es «el primer problema» de España, de lo que responsabilizó al resto de partidos, y más en concreto a Unidas Podemos (UP, izquierda). A su líder, Pablo Iglesias, lo retó para que aclare si va a «seguir bloqueando» un gobierno progresista tras el 10 de noviembre.
Sánchez, que gobierna en funciones, ganó en abril con mayoría simple (123 de los 350 diputados del Congreso), y no pudo conseguir los apoyos parlamentarios necesarios para poder repetir como jefe del Ejecutivo, pues fracasó la negociación con UP (42 parlamentarios) para formar un ejecutivo de coalición.
Tampoco los opositores Partido Popular (PP, 66 diputados) y Ciudadanos (liberales, 57) estuvieron dispuestos a abstenerse para facilitar la investidura de Sánchez como jefe del Ejecutivo para una nueva legislatura.
MÁS BLOQUEO
Serán las cuartas elecciones parlamentarias en el plazo de cuatro años, resultado de la inestabilidad política de gobiernos débiles que arrastra España desde diciembre de 2015.
Según las encuestas, los socialistas volverían a vencer el 10 de noviembre con un resultado similar, y esto obligaría a negociaciones y combinaciones con otras fuerzas políticas, que se auguran complejas en un Parlamento cada vez más fragmentado, de manera que el problema de gobernabilidad continuaría.
«Bloqueo de todos, gobierno de nadie», advirtió hoy Sánchez, quien se mostró convencido de que solo votando al PSOE se sale del bloqueo.
Recalcó el líder socialista que tanto los independentistas catalanes, como la derecha y UP quieren «debilitar al único gobierno posible» que hay en España, que es el del PSOE.
Ante el riesgo de una nueva repetición electoral, una posibilidad de gobernabilidad sería un acuerdo del PSOE con el PP, que es la principal fuerza de la oposición y con expectativas de un fuerte crecimiento electoral para acercarse a los cien diputados.
Pero frente a la negativa de Sánchez a pactar con el PP, el líder conservador español, Pablo Casado, le reprochó que se haya «quitado la careta» para reconocer que «otra vez va a llevar a un bloqueo» porque lo que quiere es volver a pactar con UP y los independentistas catalanes y vascos.
También en un acto celebrado en Vitoria, Casado apeló al voto útil al decir que los españoles que no quieren que los líderes independentistas mande en España tienen que votar al PP, y se situó como única alternativa a un nuevo gobierno de los socialistas.
NI UN VOTO GRATIS
Sobre posibles pactos en la izquierda, Pablo Iglesias aseguró hoy que cada voto que reciba Unidas Podemos en las elecciones generales se convertirá en un «mandato sagrado» para ser parte del Gobierno de España y cambiar las cosas.
Formar un gobierno de coalición ya fue la condición innegociable que Iglesias puso a Sánchez para apoyarlo como presidente del Gobierno después de las elecciones de abril, pero la negociación fracasó.
El líder de UP, cuyo apoyo electoral baja en las encuestas, repitió en la ciudad insular de Palma que tampoco esta vez dará ningún «voto gratis» a los socialistas.
Añadió Iglesias que se fía poco de Sánchez, pues éste no aclara si, en caso de ganar las elecciones, buscará que el PP le facilite la investidura como presidente del Gobierno, por ejemplo con una abstención parlamentaria.
En el extremo opuesto, el partido de ultraderecha Vox, que sube en los sondeos, se reafirmó en «bloquear otra vez» con tal de que no gobiernen los socialistas.
EFE/Foto: elnuevodiario.com.do