Perú busca evitar que la ciudadela inca de Machu Picchu entre en la lista de patrimonios en riesgo y cumplirá las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco).
Según la ministra de Cultura, Diana Álvarez, el gobierno peruano ha dispuesto acoger las recomendaciones y realizar las obras necesarias entre las que se cuentan el reordenamiento del ingreso de visitantes y la construcción de una planta de tratamiento de aguas servidas.
Las autoridades peruanas anunciaron la construcción de un centro de interpretación, donde los turistas recibirán orientación y recibirán información sobre la historia de esta ciudadela de piedra legado de la civilización de los incas.
Estas obras tendrán un costo aproximado de 45 millones de dólares y una parte de estos gastos serán financiados con el aporte de las empresas locales de la ciudad del Cusco.
La ciudadela de Machu Picchu contará con un auditorio y ambientes de exposición, donde se expondrán cerámicas, joyerías en oro y plata de manufactura inca, textiles y otros restos arqueológicos hallados en diferentes épocas por los investigadores.
Alvarez precisó que otra de las obras que se llevará a cabo será la construcción de la denominada alameda de las «Las siete maravillas» en la población aledaña de Aguas Calientes, que es un lugar de paso antes de llegar a Machu Picchu.
El historiador Rogelio Cruz dijo a que la preservación de este parque arqueológico es un deber de las autoridades peruanas porque no solamente representa ingresos económicos ingentes por la actividad turística que genera, sino por el valor histórico e inmaterial porque es la cuna de la civilización del Imperio Inca que se extendió por seis países sudamericanos.
Machu Picchu es la esencia misma de la cultura peruana y su alcance tiene una dimensión regional hasta donde se proyectaba la lengua y la civilización inca, Ecuador, Bolivia, la zona sur de Colombia, zona norte de Chile y las poblaciones del norte de Argentina.
Cruz también resaltó el magnetismo que emana de esta ciudadela de piedra, cuyo atractivo atrae a millones de visitantes todos los años procedentes de todo el mundo y cautiva a quienes alguna vez han tenido suerte de conocer.
Destacó que la magnificiencia de este centro arqueológico complementa con las pétreas montañas que acompañan su ubicación, elevadas hasta alcanzar las alturas de las nubes, lo que le da un aura de misticismo.
Los turistas que llegan a este paraje se nutren, además, de la cultura viva de la población originaria que sobrevive en estas regiones altoandinas y preservan su cultura y su lengua, la lengua ancestral que hablaban los incas.
Cruz coincidió con la ministra en la urgencia de atender las recomendaciones de la Unesco y cumplir con la mejora de la infraestructura y facilidades que se merecen los turistas que visitan esta atractivo, considerado una maravilla de la humanidad.
El gobernador regional del Cusco, Edwin Licona, resaltó el apoyo que ha recibido el proyecto de mejora de las infraestructuras de Machu Picchu por parte de empresas locales, quienes participarán mediante la modalidad de obras por impuestos.
La máxima autoridad de esta localidad altoandina también valoró la existencia de una alianza entre el gobierno central, el gobierno regional y las autoridades locales para preservar esta herencia de sus ancestros para Perú y para toda la humanidad.
Otra de las preocupaciones de Licona, es la adopción de medidas preventivas ante cataclismos como movimientos sísmicos, por lo cual solicitarán a la Unesco el asesoramiento de expertos de esta organización para trabajar este tema.
El atractivo de esta antigua urbe de piedra, recibió durante el año pasado más de 2 millones 624 mil turistas, tanto nacionales como extranjeros, según datos estadísticos de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur).
Del total de visitantes, alrededor de un millón 634 mil 200 turistas procedían del extranjero, de los cuales la mayor parte eran europeos, ingleses, alemanes, estadounidenses, brasileños, argentinos y chilenos, entre otras nacionalidades.
La ciudadela inca se encuentra en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983, como integrante de un complejo más amplio conocido como santuario histórico de Machu Picchu que reconoce otros restos arqueológicos cercanos.
Los atractivos y el valor milenario de este monumento fueron reconocidos el 7 de julio de 2007 como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno en la ciudad de Lisboa, Portugal, gracias al voto de cien millones de personas.