María Benito Orihuela falleció tras retiro voluntario de soporte vital, confirma abogada

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El pasado viernes 3 de mayo, María Teresa Benito Orihuela ejerció finalmente su derecho a una muerte digna a través del retiro de medidas de soporte vital, previa sedación paliativa, muriendo rodeada del amor de su familia y partió durmiendo, conforme a su voluntad, informó su abogada, Josefina Miro Quesada Gayoso.

Mediante un comunicado difundida en las redes sociales, la abogada explicó que el procedimiento médico fue realizado en cumplimiento de la sentencia firme emitida por la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de Lima que, en febrero de 2024, ordenó a EsSalud a respetar y garantizar la decisión libre e informada de María de rechazar los tratamientos médicos que prolongaban artificialmente su vida y la hacían sufrir en demasía.

Añade que el pedido de María siempre estuvo amparado en la Ley General de Salud, su Reglamento y el Código de Ética Médica.

Indica que la sentencia a su favor ratificó que rechazar un tratamiento médico incluido el de soporte vital es parte de un derecho fundamental.

“María tuvo que enfrentar un proceso judicial innecesario frente a la negativa infundada de EsSalud de respetar su decisión. Tras cinco meses de litigio, este proceso finalmente le dio la razón”, anota el comunicado.

Señala que el derecho a rechazar tratamientos médicos es una forma de adecuación del esfuerzo terapéutico: una práctica médica que se aplica cuando un tratamiento ya no es beneficioso para una persona y, por el contrario, le genera sufrimientos.

Además, permite a una persona no iniciar o suspender un tratamiento para que su enfermedad siga su curso, incluso si ello desemboca en una muerte natural.

Esta es una opción distinta a la eutanasia, aplicación de una sustancia letal que causa la muerte a solicitud del paciente, pero también una forma de ejercer el derecho a una muerte digna, y es legal en el Perú

María vivió más de 10 años con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad incurable, progresiva y degenerativa que la inmovilizó totalmente, pudiendo mover solo sus ojos para comunicarse.

A pesar de las barreras que enfrentó en un contexto de sufrimientos, nunca bajó la guardia.

María nos enseñó que dejar partir es también una forma de amar y que morir es parte de la vida, aunque no se guste hablar de ello.

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Tras la histórica sentencia a favor de Ana Estrada, el caso de María Benito es el segundo en el Perú sobre el derecho a una muerte digna.

Como Ana, María también decidió luchar por su derecho a decidir sobre al final de su vida para que su proceso de muerte no sea un sufrimiento, sino acorde a su idea de dignidad.

Ana y María fueron amigas que lucharon juntas no sólo por sus derechos, sino pensando en el legado que dejan para el resto.

“La historia de María vivirá por siempre en los corazones y mentes de las y los peruanos. Sus familiares y seres queridos celebramos la mujer luchadora que fue en vida y agradecemos las muestras de cariño, apoyo y comprensión. Pedimos a los medios de comunicación respetar la privacidad de la familia en estos momentos”, finaliza el comunicado.

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Con información de Andina

 

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