MADRID (España).- Marte está perdiendo su agua «incluso más rápidamente» de lo que las teorías y las observaciones pasadas hacían pensar, según señala un estudio que publica este jueves la revista Science.
La desaparición progresiva del agua se produce en la atmósfera superior de Marte, donde la luz del sol y la química disocian las moléculas de agua en átomos de hidrógeno y oxígeno que la débil gravedad del planeta rojo no puede impedir que se escapen al espacio.
Hubo un tiempo en el que Marte era un lugar mucho más húmedo que ahora, como lo demuestran los lechos de los lagos secos y sinuosos valles dibujados por antiguos ríos, pero la gran mayoría del agua líquida que fluía por su superficie se perdió en el espacio, dejando un paisaje desértico.
Pero en el planeta rojo sigue existiendo agua, aunque la práctica totalidad está congelada y encerrada en los casquetes polares del planeta, si bien todavía sigue habiendo pequeñas cantidades de vapor de agua en la atmósfera.
La luz del sol calienta los casquetes polares y vapor de agua es liberado a la atmósfera, tras lo que esas moléculas de agua son transportadas por los vientos hacia altitudes más elevadas y frías.
El estudio firmado por investigadores franceses, rusos, británicos y australianos señala que grandes cantidades de vapor de agua y en proporciones inesperadas se acumulan a más de 80 kilómetros de altitud en la atmósfera del planeta.
Las mediciones han revelado que grandes zonas atmosféricas se encuentran en «estado de saturación extrema», es decir, que contienen de diez a cien veces más vapor de agua que lo que, en teoría, le permitiría su temperatura, indica un comunicado del francés Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS).
Con las tasas de sobresaturación constatadas, la capacidad del agua para escaparse al espacio aumentaría por diez en determinadas estaciones del año.
El potencial de disipación del agua es mayor durante la estación cálida y tormentosa, indica el estudio, lo que pudo haber regulado la velocidad a la que el planeta perdió su agua líquida, en otro tiempo abundante.
Aunque el vapor de agua atmosférico representa una minúscula fracción del agua que queda en Marte, puede disiparse potencialmente en el espacio si se eleva hasta una altura suficiente, con la consiguiente contribución a la continuada desecación del planeta.
Los científicos usaron para su estudio datos proporcionados por el Orbitador de Gases de Traza que orbita el planeta rojo desde marzo de 2016 dentro de la misión ExoMars que realizan de manera conjunta la Agencia Espacial Europea y la rusa Roscosmos.
Los datos señalaron que, si bien las masivas tormentas de polvo del planeta afectaban a la distribución del vapor de agua, los cambios estacionales eran el sistema regulador dominante en relación con la presencia de agua atmosférica.
Durante los puntos más cálidos de la órbita de Marte, grandes porciones de la atmósfera marciana presentaron una sobresaturación ocasional, facilitando un aumento en la disipación de agua hacia el espacio interplanetario.
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