MasterCard está cansada tanto de las contraseñas como de la conocida, y cada vez más rudimentaria, aunque actual, autentificación mediante un PIN de cuatro dígitos. Por ello, ha decidido darle una vuelta de tuerca a todo el sistema de pago de cara a implantar, en ella, un concepto que, hoy en día, todos tenemos interiorizado… ¡Y que gusta mucho!: El selfie. De hecho, ya tiene creada la tecnología, que ha venido a llamar Selfie Pay, mediante la cual se podrá autorizar una compra simplemente con la imagen de la cara.
¿El objetivo de MasterCard? La compañía busca que, a lo largo de los próximos cinco años, este medio quede implementado y popularizado, ya que, como ha comentado el presidente de Soluciones de Seguridad Empresarial en MasterCard, Ajay Bhalla, tanto esta comprobación facial, en camino, como la dactilar, ya implantada, son mucho más seguras que los métodos que se vienen usando hoy en día. Así, para poder utilizar este nuevo sistema, y poder pagar con él, el usuario tendrá que, en primer lugar, descargarse una aplicación que nos ofrece MasterCard que le facilitará la realización del selfie con el que poder continuar la operación en línea.
De igual modo, y para no poder engañar a la máquina, MasterCard ha creado este sistema con la peculiaridad de que no compara la imagen que te saques con una antigua, sino que la comprueba en tiempo real. ¿Cómo? Te obliga a que parpadees (te lo indica en el proceso de realización de la instantánea), para demostrar que no estás sosteniendo una foto del pagador. Con todo, hemos de advertir que esta aplicación no evita que, al hacer la adquisición a través de Internet, tengas que facilitar tus datos bancarios. Sólo te facilita una comprobación más sencilla.
Como con todo, ya hay algunas voces críticas, aunque la realidad es que ya hay empresas que están optando por ella, por ejemplo, en la autentificación de PC’s. De igual modo, nombres como Alibaba ya han realizado demostraciones con productos similares. En resumen: actualmente son las huellas y en breve será el rostro. Veremos cómo salen las pruebas en los bancos de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido que han optado por ser los conejillos de indias.