Médicos peruanos realizan trasplante bipulmonar en hospital Almenara

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Elsa Vega Campomanes trabajó sin protección en una fábrica de pinturas durante tres años expuesta a químicos corrosivos. En poco tiempo sus pulmones fueron perdiendo su capacidad respiratoria, al punto que empezó a usar un balón de oxígeno de forma permanente.

Pero su suerte cambió después de que una familia anónima respetó la decisión de su pariente de donar órganos cuando muera.

“Dejé de trabajar y de realizar mis actividades básicas. En el 2015 me hicieron el diagnóstico y estuve en lista de espera hasta el 26 de diciembre del 2017. Esto es un milagro. He vuelto a nacer, es maravilloso volver a respirar”, cuenta esta madre de familia.

Durante la presentación pública de esta grata experiencia, el jefe del departamento de Trasplante del Hospital Guillermo Almenara, José Chaman Ortiz, calificó de proeza médica esta cirugía pues por primera vez en el Perú se realiza un trasplante bipulmonar. La intervención duró 14 horas ininterrumpidas.

Evaluación integral

Elsa tuvo que pasar más de 400 pruebas para determinar si era compatible con el donante, comentó José Manuel Palacios, jefe del Programa de Trasplante Pulmonar.

Cuando el equipo que lidera Palacios se enteró que llegó por fin un donante, se preparó para realizar la intervención quirúrgica: enfermeras, técnicos, anestesiólogos, médicos lograron ponerse de acuerdo para que ese 26 de diciembre, Elsa cambiará su destino.

“El momento más difícil de la operación fue cuando logramos sacar los pulmones de Elsa y tenerla conectada a una máquina que cumple la función de un pulmón artificial. Entre ese instante y la colocación de los nuevos pulmones no debía pasar de las seis horas”, indicó.

Tratamiento y esperanza

El médico y neumólogo tratante, Octavio Cubas Paredes, informó que actualmente Elsa se alimenta a base de dieta blanda, realiza terapia respiratoria tres veces al día, pues los nuevos pulmones tienen que aprender a respirar. Se medica con 20 tipos de medicamentos, entre suplementos vitamínicos y los que evitan infecciones.

“Ella ha respondido muy bien, es una mujer de 41 años y tiene mucha fortaleza. Durante el proceso de tratamiento su familia deberá ser un soporte muy importante para que cumpla su medicación y se recupere. Dentro de seis meses podrá volver a retomar su vida”, dijo emocionado el galeno.

ANDINA

 

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