MÉXICO.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México reprobó hoy los recientes hechos de violencia ocurridos en los estados de Chiapas, Tabasco y otras entidades, en referencia a las manifestaciones de los últimos días contra la reforma educativa del 2013.
En un comunicado, la CNDH informó que ha desplegado visitadores y miembros del personal de su oficina en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para que den seguimiento a los hechos, e hizo un llamado a las partes a que se privilegie el diálogo en el marco de la ley y se eviten nuevas acciones de confrontación.
De acuerdo con el texto, el ombudsman Luis Raúl González «reitera que la expresión de cualquier falta de conformidad o el reclamo de un derecho, por legítimo que sea, no puede realizarse infringiendo la ley o atentando en contra de la integridad física y el patrimonio de las personas».
Tampoco puede realizarse, añadió, «impidiendo que la autoridad ejerza las atribuciones que legalmente le corresponden, como son las relativas a preservar la paz y la seguridad públicas, mismas que debe llevar a cabo en estricto cumplimiento de la ley y con respeto a los derechos humanos«.
«La autoridad, por otra parte, debe buscar privilegiar el diálogo y hacer un ejercicio responsable de sus atribuciones, con estricto apego a ley y respeto a los derechos fundamentales de las personas», añadió.
El pasado 31 de mayo, funcionarios escolares del estado de Chiapas fueron rapados y obligados a caminar descalzos por las calles de Comitán por no apoyar el paro de labores iniciado por los maestros en rechazo a la reforma educativa.
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Asimismo, alrededor de dos centenares de maestros que se oponen a la reforma incendiaron el jueves pasado oficinas de la Secretaría de Educación del estado mexicano de Guerrero ubicadas en Chilpancingo.
Y el viernes, manifestantes que expresaban su simpatía por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) bloquearon la carretera Villahermosa-Frontera a la altura del poblado Ocuitzapotlán, en Tabasco.
Este sábado, unos 2,500 maestros marcharon hasta la residencia presidencial de Los Pinos en la Ciudad de México para exigir respuesta a sus planteamientos contra la reforma educativa, pero se retiraron sin alcanzar acuerdos.
La CNTE, una poderosa agrupación gremial con cerca de 200,.000 afiliados en todo el país pero que es especialmente fuerte en los estados del sur, se opone a la evaluación obligatoria al personal docente incorporada en la reforma, la cual puso fin a una serie de privilegios sindicales, entre ellos la colocación de personal en las plazas con base en lealtades políticas.