MÉXICO.- El Papa Francisco cambió el papamóvil por un Fiat 500L color blanco para regresar a la Nunciatura Apostólica, tras una mañana llena de actividades en el corazón de la capital de México.
Después de un largo discurso dirigido a los obispos en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el pontífice abordó el pequeño vehículo para recorrer los 13.5 kilómetros hacia la residencia ubicada en el sur de la capital.
Hasta ahora Jorge Mario Bergoglio había utilizado el papamóvil en sus dos trayectos por la capital, la noche del viernes a su llegada al aeropuerto capitalino y esta mañana con rumbo a la Plaza de la Constitución o Zócalo.
El máximo jerarca del catolicismo comió en la Nunciatura y descansó un momento antes de desplazarse a la Basílica de Guadalupe en torno a las 16.00 hora local (22.00 GMT).
Allí tuvo un momento a solas frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe antes de oficiar una misa frente a más de 35,000 fieles en el principal centro de culto a la «Virgen Morena».
El Papa Francisco instó a la Iglesia católica y a las autoridades mexicanas atender los problemas que enfrenta México como el narcotráfico y sus consecuencias, y pidió a todos defender la identidad de las comunidades indígenas, en sus discursos durante la primera jornada de su visita a este país.
En la Catedral Metropolitana, el pontífice pronunció un discurso largo y fuerte en el que hubo momentos de reprimenda, como cuando les llamó a que «no minusvaloren el desafío» que el narcotráfico representa para la «sociedad mexicana», incluida la Iglesia.
También les recordó que «los indígenas de México aún esperan que se les reconozcan efectivamente la riqueza de su contribución» y les exhortó a no tener «miedo a la transparencia» ni a dejarse «corromper por el materialismo trivial».
En la ceremonia encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto en el Palacio Nacional, sede del Ejecutivo, recordó que «la búsqueda de los privilegios conduce a la corrupción, el narcotráfico y la violencia».