MÉXICO.- El presidente de México, Enrique Peña Nieto, enviará hoy al Senado una iniciativa para autorizar el uso medicinal de la marihuana y dejar de criminalizar el consumo al elevar de 5 a 28 gramos la cantidad que pueden portar los ciudadanos.
El mandatario explicó que la iniciativa contempla cambios en la Ley General de Salud y al Código Penal Federal e incorpora las ideas expresadas durante los foros convocados este año por su Gobierno para debatir sobre el uso de la marihuana.
«De aprobarse» el proyecto legal, explicó, significará «autorizar el uso de medicamentos a base de marihuana y/o sus ingredientes activos», «otorgar registros de medicamentos que contengan marihuana y/o THC, así como su importación».
También autoriza «la investigación clínica con fines de registro para productos que contengan marihuana y sus ingredientes activos», detalló.
No obstante, aclaró que, como sucede con cualquier otro medicamento, «los elaborados con extracto de cannabis» estarán «sujetos a estrictos controles sanitarios».
En un acto celebrado en la Secretaría de Salud mexicana, Peña Nieto destacó que el proyecto propone que «no se considere delito la posesión para uso personal de hasta 28 gramos de marihuana», conforme a los estándares internacionales.
«Esto quiere decir que se dejará de criminalizar el consumo», dijo el mandatario, que anunció además que el proyecto incorpora una cláusula por la que quedarán en libertad los consumidores que están en la cárcel por portar cantidades inferiores a los 28 gramos.
Argumentó que la iniciativa se busca evitar dos injusticias: la que padecen pacientes que sufren algún tipo de epilepsia y otras enfermedades y que «no podían tener acceso a productos terapéuticos eficaces elaborados con marihuana» y la de quienes están «purgando condenas auténticamente desproporcionadas» por consumir esta planta.
Peña Nieto consideró este proyecto un «paso firme hacia un nuevo paradigma» en materia de drogas, centrado en la prevención, la salud y los derechos humanos, tal como adelantó esta semana en una cumbre sobre drogas organizada en Nueva York por Naciones Unidas, pero sin dejar de atacar a los criminales.