SALAMANCA/España.- El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Luis Graue, señaló hoy como principal reto de las universidades iberoamericanas el de formar a ciudadanos «íntegros, reflexivos, críticos y capacitados» en medio de una atmósfera de «cambios, volatilidad e incertidumbre».
La conjunción de ambas premisas exige, en opinión del rector, la modernización y flexibilidad de los currículos, el uso pleno de las nuevas tecnologías y la puesta a disposición de las herramientas necesarias para el mundo «globalizado e interconectado» recién abierto con la cuarta revolución industrial de nuestra era.
Graue hizo estas reflexiones en una mesa debate sobre internacionalización e innovación celebrada hoy en la Universidad de Salamanca, dentro del IV Encuentro Internacional de Rectores Universia que se celebra en esta institución académica española con motivo de su octavo centenario.
El rector de la UNAM, fundada en 1910 aunque heredera de la Real y Pontificia Univesidad de México creada en 1551, admitió el carácter «muy conservador» de los mundos académicos y universidades de Iberoamérica, y llamó la atención sobre la diferente velocidad que se desarrollan frente al «cambio súbito que demandan los tiempos».
Convencido de que las universidades evolucionan «conforme pasa el tiempo y las sociedades se transforman», el rector de la UNAM consideró que el primer escalón para iniciar la innovación en las universidades iberoamericanas es el de imaginar el mundo y los modelos que se aproximan para abrir caminos hacia ellos.
En cuanto a la internacionalización, recordó que en la UNAM comenzó cuando en 1551 fue instituida la Real y Pontificia Universidad de México con unos estatutos y normas copiados de la Universidad de Salamanca, «cuna de las de Iberoamérica», subrayó.
Comenzó entonces un transformación «gradual y lenta» con la garantía de una financiación estatal a cambio de la generación de cuadros y conocimientos» por parte de las universidades.
Este reparto de papeles, según el rector, se quebró en 1918, con el primer movimiento autonómico de las universidades iberoamericanas, celebrado en Córdoba (Argentina) y que desembocó en una «capacidad de autogestión y regulación».
EFE