MÉXICO.- El inesperado triunfo del PAN en los comicios estatales del domingo en México evidenció el hartazgo social del PRI del presidente Enrique Peña Nieto y de la corrupción, en unas elecciones en las que el odio se impuso a las propuestas políticas, coincidieron hoy analistas consultados por Efe.
Según los datos preliminares, el conservador Partido Acción Nacional (PAN) ganó en siete de los doce estados en juego en las elecciones (hay 32 en el país), mientras que el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) se impuso en los cinco restantes, cuatro menos que hace seis años.
Para el politólogo Salvador García Soto (foto), hubo «un voto de castigo al PRI» y también «un cambio claro de tendencia».
«El PAN, que es un partido que había venido cayendo desde que perdió el poder en el 2012, parece que logra captar esta inconformidad ciudadana contra el Gobierno y se posiciona rumbo al 2018», cuando será elegido en las urnas el sucesor de Peña Nieto.
García Soto argumentó que «los electores están desencantados» con el poder y «ante el radicalismo de Morena (el izquierdista Movimiento Regeneración Nacional, del dos veces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador) optaron por un partido que ya conocen y que ya gobernó», el PAN.
«Al PRI le está pesando Peña Nieto», que cuenta con la desaprobación más alta de un mandatario mexicano desde 1995, del 66%, enfatizó.
Por eso, el experto cree que el domingo ganó «el discurso contra la corrupción, el hartazgo de la gente, el tema de Ayotzinapa (los 43 estudiantes desaparecidos el 2014) y la Casa Blanca (el inmueble construido a la primera dama por una constructora que había ganado contratos con el Gobierno)».
Recordó que durante la campaña electoral, tildada de «despiadada» por el Ejecutivo mexicano, «algunos candidatos opositores ofrecieron meter en la cárcel al gobernador saliente» y «ese discurso es el que propició el voto: un discurso de sangre».
En la elección precedente, en el 2015, cuando estuvieron en liza el Congreso y nueve Gobiernos estatales, Peña Nieto «contaba con el discurso de las reformas» estructurales que impulsó al llegar al poder y obtuvo mejores resultados, «pero pasado un año las reformas no han impactado el nivel de vida de los ciudadanos».
Además, «aunque la estructura del PRI sigue siendo la más fuerte a nivel nacional, no le alcanzó para derrotar al poder ciudadano» y fue vencido en cuatro estados donde nunca había perdido, Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas.
Se dio «el mismo voto que le da el triunfo a Vicente Fox en el 2000», un «voto que suele ser inconforme con los Gobiernos y que varía, pero rara vez va al PRI», sino que «siempre va al PAN y al izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que tras salir de él López Obrador para crear Morena selló varias veces con los panistas una coalición que esta vez ganó en tres estados.
«El resultado del domingo es muy llamativo, a todos nos sorprendió» porque «después del Gobierno de Fox y (Felipe) Calderón, pensábamos que el PAN había perdido muchísimo», afirmó por su parte a Efe la escritora y articulista Guadalupe Loaeza.
Según Loaeza, «es tal el horror que provoca el PRI» que el electorado se inclinó «por regresar al PAN», a pesar de que en sus dos mandatos consecutivos, de Fox (2000-2006) y de Calderón (2006-2012) tras el fin de la hegemonía priista de 71 años (1929-2000), «dejaron el país muy mal».
En este nuevo escenario, Margarita Zavala, esposa de Calderón y la mejor situada entre los presidenciables del PAN para el 2018, dispondrá «muchas posibilidades» de suceder a Peña Nieto, vaticinó.
«Tiene muchas simpatías» y es vista «como una persona honesta», cuyo «único gran defecto» es «su marido», explicó Loaeza.
Además, descartó a Morena porque «aterra» a «la clase media», que es «la más informada, politizada».
«No nos inspira total confianza porque vemos lo que está sucediendo en Venezuela con (Nicolás) Maduro y conocemos los aspectos negativos de López Obrador», advirtió.
Paradójicamente, en terreno fértil para nuevas tendencias políticas como las candidaturas independientes, autorizadas por una reforma política de la gestión de Peña Nieto, estas opciones «no lograron prender» esta vez porque «el discurso contra la corrupción lo tomaron los candidatos del PAN», subrayó García Soto.
«Tendrá que reflexionar la opción independiente, porque tiene que fortalecerse y presentar ofertas mucho más atractivas si quiere rebasar a la actual partidocracia», advirtió.
EFE/ Raúl Cortés