Miguel Ángel Russo recientemente ganó la Superliga de Argentina culminando una exitosa campaña con un golpe de contundencia respaldado por su exitosa carrera como entrenador.
Entre sus logros más recientes ocurrió en Colombia dirigiendo a Millonarios donde logró el título con números que impresionan. Dirigió 111 partidos, 45 triunfos, 37 empates y 25 derrotas.
Con ese pergamino llegó a Alianza Lima para la temporada 2019 donde las muecas de desencanto dibujaron los rostros de los hinchas aliancistas ante la pobre campaña,
En Matute no duró mucho, sus números no llegaron a convencer. Mientras dirigió Alianza Lima en la Liga 1 y la Copa Libertadores, completó 15 partidos. Apenas ganó 3, perdió 4, 8 fueron derrotas, 18 goles a favor y 26 en contra.
Con Alianza Lima no sintonizó con el camarín. Los códigos en Matute son diferentes, muy amistosos y lejos de un compromiso profesional. Deza y Ascues son los mejores ejemplos.
Así, Russo no encontró terreno fértil para un mejor trabajo y se tuvo que ir con más pena que gloria.
De hecho, era un entrenador de lujo que en Alianza Lima no se supo valorar. El título con Boca Juniors lo reivindicó y quedó demostrado que a los 64 años que este jueves lo cumple, está más vigente que nunca.