JERUSALÉN.- Miles de personas participaron hoy en Tel Aviv en la marcha semanal contra la corrupción gubernamental, en la que se pidieron acciones contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, investigado en varios expedientes policiales.
«Netanyahu a Maasiyahu (prisión),» entonaron los manifestantes en Tel Aviv, según el digital Times of Israel, que convocaron una nueva protesta tras la aprobación este jueves de una controvertida ley que impide a la Policía divulgar si recomienda la acusación de sus investigados, funcionarios públicos y altos cargos políticos.
Estas manifestaciones comenzaron hace un año en la ciudad de Petach Tikva frente a la casa del fiscal general del Estado, Avijai Mandelblit, al que acusan de no tramitar con celeridad los casos en que supuestamente está involucrado Netanyahu, y se han extendido hasta Tel Aviv que, por quinto sábado consecutivo, ha congregado a miles de personas.
En las concentraciones se pide la dimisión de Netanyahu, sospechoso en dos casos de corrupción y sobre quien la Policía posiblemente recomendará su enjuiciamiento.
En un principio el proyecto de la llamada ley de recomendaciones incluía su carácter retroactivo, pero finalmente los expedientes del primer ministro no se verán afectados por la nueva norma por lo que seguirán su trámite.
Las llamadas «Marchas de la Vergüenza» están organizadas por líderes sociales y se intensificaron con el trámite parlamentario de la nueva ley hasta forzar a Netanyahu a pedir su reformulación para que no le fuera aplicable.
El primer ministro de Israel está considerado sospechoso por la Policía en los conocidos como caso 1.000 y 2.000, en los que se investiga si recibió favores de empresarios israelíes y si negoció con un medio de información legislar en contra de su rival a cambio de una cobertura favorable.
Netanyahu ha negado reiteradamente estas acusaciones y asegura que «no habrá nada porque no hay nada».
La semana pasada, el diputado del partido derechista Likud (el principal de la coalición de gobierno) David Bitan presentó su dimisión por una investigación policial que le señala por su presunta implicación en otro caso de corrupción cuando era teniente de alcalde de Rishon Lezion, al sur de Tel Aviv.
Bitan ha sido sustituido por David Amsalem, impulsor de la polémica ley de las «recomendaciones».
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