El multimillonario ruso Mijail Fridman, cuya fortuna se estima en 13,300 millones de dólares y que está considerado el segundo hombre más rico del país, ha anunciado que donará todo su dinero a organizaciones filantrópicas, según informa Forbes. De esta manera, Fridman planea dejar a sus cuatro hijos sin herencia.
«Me parece que darle una suma significante a un niño o joven representa un gran riesgo de arruinar su vida», ha explicado el multimillonario, precisando que quiere que sus hijos obtengan éxito por su propia cuenta, así como lo hizo él.
El millonario comenzó su fortuna revendiendo entradas en la puerta de los teatros. Nació en una familia judía de Lvov, la capital de Ucrania occidental. Sus padres eran ingenieros que trabajaban en empresas secretas para la industria del complejo militar.
El oligarca estudió en el Instituto del Acero y las Aleaciones de Moscú. Allí conoció a su futura mujer, quien después de la crisis financiera de 1998, se instaló, junto con sus dos hijas, Yekaterina y Larisa, en Francia.
Ya en sus años universitarios comenzó a labrarse una fama escandalosa: supuesta venta de drogas junto a su primo, hipotéticos lazos con el KGB y relaciones con grupos criminales.
Después de terminar sus estudios superiores, Fridman consiguió trabajo en la fábrica Electrostal y en el Instituto de Química Física. Aprovechó la liberalización que llegó con la Perestroika y se lanzó al mundo de los negocios.
Su primera empresa fue Alfa-Foto, en un principio de venta de ordenadores, pero que al poco tiempo se diversificó y empezó a comerciar con azúcar, cigarrillos, té y tapices hechos a mano.
A principios de los noventa, Fridman se convirtió en presidente del consejo de directores de Alfabank y fundó la TNK o Compañía Petrolera de Tiumén, que está compuesta por nueve empresas extractoras y de sondeo, cinco refinerías, 10 empresas de venta de crudo y sus derivados, seis de servicios y 15 auxiliares.
Fuente: lainformacion.com/Foto: megaricos.com